Néstor Melani-Orozco *
Es saber de un alumno de Monseñor Jáuregui en nuestra ciudad, el ingeniero Román Cárdenas, quien era ministro de Obras Públicas, de haber gestado ante el presidente Gómez los hechos de la Carretera Trasandina desde aquel 21 de julio de 1925. Más de las presencias y labores de Alfredo Hans. Y las numéricas medidas del consagrado Luis Vélez. Los 100 años trasandinos, lo dijo el continental arquitecto Fruto Vivas una noche en mi casa solar al describirnos de haber nacido en el lugar de «Guacharaca» en una carpa donde su padre era guachimán de los obreros de la Carretera Trasandina, en el sendero del Páramo de La Negra.
Y en ese momento sublime Carmen Victoria sonrió de la alegría por los «García» testigos de las costelaciones como el valeroso cantar de los labriegos y las herencias del Guerrero de Librillos, del nombre de los sueños. Y de las luces los tiempos hasta del bambuco «Soy de los Andes».
Hay que despertar en La Grita para divisar el pico más alto del Táchira, «El Púlpito», al que los nativos llamaban «La Serpiente de la luna» y desde el azul poder entender el santuario de las montañas donde las lagunas del glacial poseen el secreto sagrado de nuestra ecología, y desde cada punto exacto de las miradas, entender que un Cristo Viejo venido con las edades de los viajeros abrió del Barroco la pureza de una escuela de Artes del Convento y La Ciudad Antigua capital de los andinos tachirenses fue la esencia libertadora desde Pamplona la nueva hasta Mérida de nieves eternas.
Porque más allá de los credos, de las viejas campanas traídas del castillo de Loira en las presencias de Francia donde el anciano sacerdote Eudista Jean Louis Martí en el Semanario Diocesano de Palmira, en 1968 nos describió que las sagradas campanas las trajo a La Grita el rector: Jean Baptista Cabaret, del lugar donde hacía 500 años había fallecido Leonardo da Vinci. Y la ciudad nunca entendió los maravillosos hechos del rumbo de los sueños. Ni defendió los archivos de Monseñor Jáuregui. Solo guardó silencios. Ahora cuando un siglo se convierte en la presencia de la carretera Trasandina vienen las reflexiones y este ideario con el traje andino: la bayeta del páramo y los hombres con lágrimas viendo surcar a los presos entre picos y palas abriendo el camino.
Y el Benemérito General de La Mulera decretando el oficio de una ruta admirable desde San Antonio del Río Táchira hasta la Caracas de los sueños de Bolívar. Porque 100 años son la virtud de ser andinos. Dueños sagrados de las montañas y convertidos en «gochos» por los espantados caraqueños al vernos con los sombreros tapando las orejas en la Revolución liberal Restauradora de 1899. Mientras de amor cada misterio y de los amaneceres «La Mesa del Aura» en el páramo de El Zumbador para viajar con los tiempos por el Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Cojedes, Carabobo, Aragua, Miranda y Caracas de los leones dormidos del General Juan Vicente Gómez.
Lo dijo Arturo Uslar Pietri describiendo a doña Hermenegilda Chacón Orozco, y Mario Briceño Yragorri, espacio de cultura el sabor andino de la Carretera Trasandina. Desde las campanas francesas de La Grita robadas por los ignorantes, de la gracia del clamor de las haciendas de café y del inmenso destello del relámpago del Catatumbo acompañando las altas crestas de las montañas para aprender el camino trasandino de los Andes.
Convertir a Santa Cruz de Mora en un santuario y saber de la india de Bailadores. Para oír a Boconó de «Los tres Clavos». Y desde todo acto y manifiesto nos lleva a memorar que dos alumnos del Colegio Seminario se Jáuregui son testigos de aquella simbólica Venezuela. El uno, Gerónimo Maldonado proponiéndole al General Gómez el Monumento de Carabobo. Y el otro, Román Román Cárdenas gestando las puertas a la Carretera Trasandina.
100 años de la Carretera Trasandina, desafiando los siglos y abriendo los tiempos de amor a los valores de ser tachirenses. 100 Años de la Carretera Trasandina como una estela en flor con aromas de una mujer bendita y eterna. 100 años en el valor de las grandes esperanzas.
*Artista Nacional. *Maestro Honorario. *Doctor en Arte. *Miembro Cronista de la Academia de la Historia del Norte de Santander. *Academia del Táchira. *Cronista de La Grita.