Julieta Cantos
El Táchira es el estado con mayor cantidad de municipios en Venezuela (29). Eso es cónsono con el ser tachirense. Preferimos ser cabeza de ratón que cola de león. Por eso aquí no existe el latifundio sino el minifundio y mucho microempresario. Somos emprendedores, trabajadores, ahorradores y constantes. Invertimos en nuestras empresas y además somos resilientes porque nuestra condición fronteriza nos hace ser necesariamente flexibles ante las condiciones del momento. Reconocemos al otro en base a esos valores… Y por eso es que a Silfredo Zambrano lo reconoce hasta la oposición, aún sin quererlo. Lo evalúan en base a su gestión.
Silfredo es abogado, con diplomado en Seguridad y defensa, lo cual es muy conveniente y necesario, dado lo que hablábamos de nuestra condición fronteriza, además con un posgrado en derecho penal. Especialista en gerencia y administración con un magister en la materia… Pero lo que más llama la atención es que tiene un doctorado en ciencias sociales de la educación…
En mi caso, cuando alguien se postula para ser reelegido me parece importante revisar lo dicho contra lo hecho y escuchar los nuevos proyectos para el próximo período. A Silfredo lo conozco desde su gestión en Corpoandes, en donde desplegaba sus cuadrillas para rescatar espacios y sectores afectados por las guarimbas y la anarquía. Fue el rescate del puente Burgua, la plaza Juan Maldonado, la reestructuración del Parque Metropolitano, el rescate de la plaza Los Mangos, este último por cierto en combinación con el consejo comunal María del Carmen Ramírez, entre otros. Lo cierto es que mantuvo relaciones con los diferentes sectores y estableció convenios con instituciones que estaban en manos de opositores (Gobernación y Alcaldía en ese momento), convenios que lamentablemente no tuvieron continuidad por parte de algunas de esas instituciones. En su momento se le tildó de oportunista porque usaba el dinero de Corpoandes para rescatar espacios, siendo que se estaba postulando para alcalde. Su respuesta fue contundente. Su trabajo venía realizándose desde hacía más de tres años, y un funcionario público está en la obligación de mostrar su gestión pública. Ventajismo sería que se hubieran usado los recursos del Estado para su provecho personal, emplazando a esos críticos a que mostraron el trabajo y obras que ellos habían hecho.
Estamos en el ahora. Han pasado cuatro años desde su elección como alcalde, su trabajo es innegable, así como su compromiso, ha rescatado espacios públicos y deportivos: Parques, plazas y canchas, enlaces viales, asfaltado de vías, promovido y rescatado sectores turísticos, ha realizado rescate del mobiliario urbano, como paradas, por ejemplo, además ha acometido la canalización de cursos de agua y el rescate del terminal. Ha generado limpieza y reciclaje de los desechos sólidos, iluminación y seguridad, formación de los equipos de trabajo, incorporación de los diferentes gremios del sector privado, y es un promotor de la continuidad de las políticas públicas en los diferentes gobiernos, como la única manera de consolidar proyectos y fortalecer la institucionalidad. A veces me da como un fresquito pensando que lee mi columna y aplica sugerencias.
Si se reflexiona serenamente, queda claro por qué votar y en este caso por quién.
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