viernes 2 junio, 2023
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Repelencias 456

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Carlos Orozco Carrero

Empecé a soñar con el número 4 y el 8.  Casi todas las noches me llegaban esos dígitos en todo lo que veía. La unidad de transporte que va a Pregonero tiene esa identificación. La nomenclatura de la casa donde vive un músico amigo también es la número 48. Muchos datos me obligaron a pensar en alguna señal para jugar el numerito en la lotería. Nada de nada, cariños. Por más que combiné para arriba y para abajo, fui perdiendo plata en los terminales. Una noche en vela y con el gusanito de ganar plata fácil, decidí vender algunas cosas que me quedaban en la casa y puse todo mi conocimiento en las ´probabilidades matemáticas y logré ganar una suma considerable de dólares con el numero resultante de multiplicar ambos números. Me hice la santa cruz y dije: 8×4 igual a 36 y le metí todo mi dinero a la apuesta. Ahora voy a celebrar con los amiguitos de José Mario en La Ermita.

Las vainas que se ven en El Giro de Italia, señores. El pasado viernes, 12 de mayo, una cámara ubicada en la cola del pelotón perseguidor captó el momento en que un aficionado apostado a la vera de la carretera que conducía al Gran Sasso, entregó a un pedalista un manojo de pinchos de carne aliñada. El atleta agarró los chuzos asados y los repartió entre sus compañeros y hasta pasó a unos acompañantes de una moto algunos toleticos para seguir en competencia y en subida exigente. Se fueron masticando unos trozos sabrosos. Me dieron ganas de unos chicharrones capacheros, cariños.

Eso de la inteligencia artificial no es como la pintan a simple vista, caballeros. Hay tanta evidencia sobre huellas extrañas y hechos relacionados con presencias de habitantes de otros mundos en nuestro planeta que se puede creer cualquier cosa respecto a tanta velocidad a la hora de desarrollar eventos y aparatos para transformar la vida misma en este pedazo de tierra donde vivimos. Los afortunados que seguimos los episodios extraordinarios de la serie Los Simpson hemos visto cómo desarrollan eventos donde aparecen historias sobre hechos de ficción que tiempo después se hacen realidad. Un día de estos les cuento lo que ocurrió en Acirema y sus alrededores. ¡Uyyy!

Movimiento estudiantil en la Casa del Estanco en Pregonero. Esas computadoras ya presentan recalentamiento a la hora de las exigencias que hacen los muchachos en sus consultas diarias. Me gusta eso, cariños.

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