Opinión

Sociedad civil y partidos políticos

24 de marzo de 2018

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Carlos Casanova

La democracia que entro en vigencia en Venezuela bajo el cobijo de la constitución del año 1961, se definió de muchas maneras. Democracia representativa, sin lugar a dudas por los sistemas de representación definidos en la ley para elegir cuerpos deliberantes, sean estos nacionales, regionales o municipales. Democracia de partidos, toda vez que entre el gobierno, o entre el poder y el ciudadano median los partidos, dicho de otra manera, el ciudadano se relacionaba con el gobierno por vía de los partidos. Democracia corporativa, en razón a que se constituyeron grupos de interés por sectores, como sindicatos, ligas agrarias, colegios profesionales, de empresarios y otras; a pesar de ser integradas por sectores de la sociedad agrupadas por el interés común de sus actividades, salvo las cámaras económicas y de producción, el resto sirvió de control social por parte de los partidos y de esa forma, las estructuras creadas para reclamar derechos, reivindicaciones o apoyar con aportes el desempeño de lo público, termino bajo control partidista.

La sociedad civil creció buscando ser oída en sus reclamos, en defensa de políticas públicas, en su rechazo o rectificación; en la participación, en la toma de decisiones y en la ejecución de políticas públicas.

La democracia intervenida por los partidos debe y tiene que quedar en el pasado y por ello hoy tenemos que reclamar la modernidad a estos partidos.

Cada vez que aplaudimos el caudillismo, centralismo, el consenso, el cogollo, la total ausencia de democracia interna, el culto a la personalidad en los dirigentes de oposición, reforzamos en la sociedad esos mismos antivalores que exhiben los comunistas.

Cada vez que la oposición sale con propuestas populistas, tarjeta mi negra, tarjeta ahora en dólares; reforzamos el populismo comunista del carnet de la patria y sus bonos.

Cada vez que el gobierno vende mercado y los gobiernos opositores se benefician de esa misma política para vender mercados, reforzamos los antivalores del gobierno en la sociedad.

Cada vez que la oposición en gobierno refuerza el clientelismo partidista como forma de ingreso al gobierno, reforzamos el antivalor en la administración roja rojita de los comunistas.

Cada vez que los partidos en los estados tienen que esperar decisiones de caracas, reforzamos el centralismo como forma política del gobierno de Maduro y de los jefes políticos de oposición.

Cuando los partidos no cambian su estructura de organización por sectores (sindical, gremial, sindicatos agrarios, estudiantiles, de asuntos municipales), cuando su estructura sigue siendo vertical y centralista, resulta obvio que de ser gobierno querrán restaurar el modelo del pasado, tener control de la sociedad por vía de controlar la democracia corporativa.

El liderazgo al que aspira la sociedad es al liderazgo colectivo y compartido, fundado en la capacidad, en la participación en la elaboración de las políticas públicas y en su ejecución. Esta inclusión de la sociedad aún no se ha visto en los gobiernos de oposición.

Los partidos no cambian en razón a que manejan el monopolio de la participación electoral a donde no le dan participación a la sociedad ni a las ONG; como están prevalidos de ello solo esperan elecciones y la necesaria presión al ciudadano conforme al cual si no votas por mi ayudas al régimen, y de esta forma los partidos sin tener el anclaje necesario pelean por ser favorecidos en la postulación ya que lo demás viene solo.

Es así entonces que cuando rosales fue candidato el partido más votado fue UNT, cuando Capriles fue candidato PJ fue el más votado. Y así sucesivamente; pero cuando ya no lo son pierden el anclaje, ¿Por qué? Pues era solo electoral, la fuerza no era real.

¿Los partidos son necesarios? Si, si lo son. Pero partidos que representen un real cambio democrático, no que lo aparenten ser.

No podemos combatir socialismo con socialismo, populismo con populismo, clientelismo con clientelismo, caudillismo cívico militar con caudillismo civil, centralismo con centralismo, presidencialismo con presidencialismo.

Cuando la sociedad participe en la toma de decisión electoral de forma estructural en los partidos estos cambiaran. No podemos esperar la salida del régimen para que los partidos prometan que cambiaran porque no lo harán, está demostrado por ellos mismos cunando estructuraron el G4 solo cuatro partidos deciden.

Aquí les dejo unas reflexiones para exigir un cambio en los partidos y rápidamente la sociedad se insertara en la esperanza de salir del régimen por la construcción de una real alternativa bien distinta y diferenciada del régimen del socialismo del siglo XXI . (Carlos Casanova)

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