Gloria Vivas
La pandemia llegó en el 2020 a Venezuela y se sabía que no sería un proceso sencillo, por la precarización en la que se encuentra el país.
Unos meses de casi cero movilidades ayudaron a mantener el contagio masivo.
Pero, desde finales del año 2020 y comienzo del 2021, por los datos, el coronavirus se soltó el moño en Venezuela. En el Táchira, de acuerdo con las mismas autoridades, el primer pico fue diciembre-enero, en otros estados del país y Caracas tardó un poco más, pero los contagios y las muertes se dispararon.
Distanciamiento social, lavado de manos y uso de tapabocas son los tres elementos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para prevenir el fuerte virus, que se puede transformar en mortal.
Además de esos tres elementos sencillos y que cada ciudadano debe asumir como propios, desde finales del año 2020, y en especial en este, se comenzó el proceso de vacunación.
Hay países donde ya se ha vacunado el 70 % de la población; aunque pueda ser contagiada, el virus no sería mortal.
De acuerdo a informes periodísticos: En España y la Unión Europea, un tercio de las personas ya han recibido al menos una dosis (33 %); el doble que en el continente sudamericano (15 %), seis veces más que en Asia (5 %) y 20 veces más que en África (1,5 %).
En Venezuela, cada vez más crece la preocupación por la falta de un plan masivo de vacunación, es decir, de tener vacunas por lo menos para el 70 % de la población.
Se debe tener presente que en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el artículo 25 reza lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios”.
El gobierno de Maduro dice que habrá vacunas para todos, pero de ser así, el proceso luce lento. Aunque en las últimas semanas se ha hecho saber de planes de vacunación en municipios, cuando se suman la cantidad de dosis: 2 mil aseguran los alcaldes, se puede notar que en porcentaje es una cantidad mínima.
Mientras llega ese plan y la compra de vacunas para todos los venezolanos, que quieren tener garantizado el derecho a la vida y a la vida –dos derechos humanos-, crece la angustia, al ver diaramente más casos de contagios y más personas que no superaron las secuelas del covid-19.
A la par de la consigna “vacunas ya” o “vacunas para todos”, preocupa lo que dicen los expertos, como la viróloga venezolana Flor Helene Pujol: “hay solo cuatro clasificadas como variantes de preocupación. Para evitar la discriminación y la connotación con el país de origen, la OMS las llamó Alfa, Beta, Gamma y Delta. Pero uno siempre termina hablando de los países: la Alfa emergió en Reino Unido; la Beta en Sudáfrica; la Gamma en Brasil, que es la primera que entró a Venezuela, y la Delta es la que emergió en la India”.
Las variantes, como dicen los expertos, surgen con el virus, y ante ello, además de la prevención de cada persona, es necesario que el Estado inmunice a los venezolanos.
Por el derecho a la vida, el derecho a la salud, nos unimos a la consigna: Vacunas para todos.
Recordemos que el derecho a la salud está ligado a otros derechos humanos fundamentales y su materialización depende de la realización de estos otros. No solo se trasgrede un derecho sino una cadena.
La inmunización debe ser, como prioridad, para el sector salud, que da la pelea de frente contra el coronavirus, y luego para toda la población, que desea volver a un país con cierta normalidad.