Regional

Cambió en La Fría la vida de muchos comerciantes

18 de julio de 2020

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Cuatro días a la semana, y en un horario de 7:00 de la mañana a 02:00 de la tarde, es el permiso que tienen los habitantes del municipio García de Hevia para laborar y realizar compras y diligencias; la cuarentena radical, aplicada en los municipios fronterizos del Táchira, conlleva modificar el día a día y el modo de trabajar de cada lugareño.

 La situación obligó a propietarios de negocios a atender sus locales para evitar pagar un sueldo, pues ellos aseguran que las ganancias no son las mismas, y más ahora que existen mayores ofertas en los productos que venden en La Fría.

Los cortes eléctricos y la cuarentena radical han hecho que los negocios cambien de rumbo, según el vendedor de frutas, Jhon Contreras.(Foto/Daniela Gonzalez)

De acuerdo con Ángel Rodríguez, la cuarentena radical ha hecho que aumente drásticamente la venta de productos colombianos, pues actualmente existe mayor variedad de artículos que en los meses anteriores, donde no existía el control y el cierre total de la frontera colombo-venezolana; los “trocheros” aumentaron y han inundado el mercado con productos colombianos, en plena crisis de salud.

Por su parte, Ramón Cáceres, habitante de La Fría y comerciante de víveres, compara a los seres humanos con animales con costumbres, ante el cambio que han tenido los vendedores en el municipio. “Antes se ganaba lo suficiente en la venta de cada producto y el margen de ganancias variaba, de acuerdo a como uno vendía el producto, pero ahora hay que vender mucho más y se gana menos; así se está trabajando, y nos sacamos los ojos con otros para ver quién vende más, así nos ganemos 100 pesos por producto”, relató.

Modificar la forma de trabajo que durante años habían mantenido los comerciantes, es lo más difícil que han tenido que hacer para poder continuar recibiendo ingresos económicos; sumado a esto, las fallas eléctricas ocasionan pérdidas de dinero para quienes luchan a diario en busca de ganar algunos pesos colombianos.

Jhon Contreras, vendedor de frutas en García de Hevia, asegura que tras la pandemia por el COVID-19, ha tenido que cambiar la rutina de trabajo para poder continuar ofreciendo el producto. “He tenido que ir a comprar a otros mercados, pedir menos cantidad; y también está el problema de la luz, porque vendemos frutas congeladas, cuando hay cortes eléctricos de seis horas, siempre tenemos pérdidas y nunca recuperamos nada; toca volver a empezar”.

Ante la cuarentena radical aplicada en los municipios de la zona norte del Táchira, los vendedores de frutas han proliferado y los compradores disminuido, situación que obliga a los comerciantes a ofertar los productos con buen precio para poder vender. “Si vendemos caro no nos compran y las frutas se maduran, ahí tenemos pérdida, o se va la poca ganancia que tenemos”, dice Jhon.

El transporte público es intermitente

 La opción es caminar o pedir cola para movilizarse, ya que el transporte público en García de Hevia depende de si surten o no combustible, pues muchos conductores optan por comprar combustible colombiano para hacer la ruta, pero el pago del pasaje es en pesos colombianos, aseguran los usuarios.

 “Es difícil saber qué días encontraré carro para ir hasta el centro, en vista que el transporte no es constante, depende de si surten o no combustible, y no reciben bolívares, se los regresan a uno con la respuesta de ‘mejor guárdalos para el CLAP’, y prefieren no cobrar; reciben solo pesos, dicen los choferes o ayudantes en la línea Circunvalación”, cuenta Xiomara Bravo.

Incumplen por necesidad y por distracción

 La vida del habitante en García de Hevia, como en en el resto del país, fue modificada por el COVID-19; sin embargo, en esta zona fronteriza se intensifican los controles por parte de los organismos de seguridad y, pese a ello, algunos optan por incumplir la medida para evitar la propagación del virus acudiendo a Colombia en busca de productos que puedan ofertar en esta zona, siendo esta la única forma para poder tener ingresos económicos, tras quedarse sin trabajo por la problemática de salud que existe.

 Otros acuden cada tarde a canchas deportivas y cualquier lugar de esparcimiento, pero olvidando el distanciamiento social y el uso de la mascarilla, pues alegan que no pueden quedarse en sus viviendas sin energía eléctrica y el evidente calor que se registra en La Fría.

En oportunidades, los organismos de seguridad realizan patrullaje cuando inicia el toque de queda en la jurisdicción, es decir, a partir de las 02:00 de la tarde, hasta las 07:00 de la mañana; la población, al ver a los funcionarios castrenses, decide permanecer dentro de sus viviendas; de lo contrario, continúan jugando en las canchas o en las aceras de sus casas.

Daniela González

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