Regional
El arte de manejar hilos y telas para elaborar ornamentos religiosos
7 de septiembre de 2024
Con telas de México, Colombia y Venezuela elaboran la vestimenta de muchos sacerdotes, diseños que son elogiados por propios y extraños
Nancy Porras
Es un arte manejar hilos, telas y demás adornos para diseñar y fabricar ornamentos religiosos. Sergio Saavedra y su esposa, Rosa Uzcátegui, en Palmira, municipio Guásimos, son los nervios motores de este trabajo que debe entregarse con un bordado y un planchado impecable.
Todos los días, a partir de las ocho de la mañana, están a la orden para atender las exigencias de las personas que buscan vestimenta de la religión católica.
Cada tela es escogida con sumo cuidado. Se ofrecen tres opciones de compra, tomando en cuenta el costo de las telas, los hilos y el diseño de las imágenes.
Es atareado el día a día del taller de confección y bordado, ubicado en la calle principal de Palmira. Más de 30 años perfeccionándose en este campo, que exige dedicación y conocimiento al momento de confeccionar un traje u otra indumentaria usada en las celebraciones católicas.
Desde 1990, cuando se fundó el seminario franciscano, ya su esposa había hecho un mantel para la iglesia La Ermita y fue ella la de la idea de tener un taller de confección.
Siempre hay una fecha que celebrar
“Gracias a Dios, todos los días, hay trabajo. Todos los días la Iglesia Católica tiene algo que celebrar. Para cada actividad tiene una vestimenta con colores distintos que nosotros ya conocemos”, dijo Saavedra.
“Antes de las elecciones vendíamos al mes hasta 50 casullas, que es la vestidura exterior que usa el sacerdote para celebrar la misa. Hoy se hacen 20 aproximadamente, pero igual se trabaja con mucha mística”, explicó, mientras atendía una llamada telefónica de una persona que quería información para hacer un pedido.
“El cliente debe decirme cómo la desea, por qué motivo es, si debe llevar un bordado especial. Nosotros mostramos nuestras ideas, y una vez aprobado comenzamos a trabajar”.
Diferentes precios
Si se quiere la casulla en tela litúrgica, es más costoso, porque son telas traídas de México. Está el raso si se quiere con más brillo, o bien de gabardina que es la más económica, pero muchos padres la prefieren porque es la más fresca.
El precio aproximado en gabardina con el escapulario es de 110 dólares, en raso 120 dólares y si la quiere con tela litúrgica con el escapulario es más o menos de 120 dólares.
Si el cliente busca una imagen diferente a la que se tiene en el taller, deben traerla con tiempo porque hay que digitalizarla a fin de dibujarla en el programa de bordado.
Los clientes son de todas partes del país. El miércoles recibieron una llamada desde Guárico, así lo recordaba, mientras observaba una casulla ubicada en una de las mesas de trabajo, lista para enviarla a Valencia, estado Carabobo.
Colores religiosos
Saavedra detalló sobre los colores de la casulla: Blanca, usada por los sacerdotes cuando van a oficiar la misa; la verde la visten durante el tiempo ordinario. El morado es para el tiempo de adviento y cuaresma, funerales, el Domingo de ramos. Para recordar un mártir se visten de rojo, y el Jueves Santo lucen la casulla blanca porque es el Día del Sacerdocio. Y está la negra, que poco se usa.
Tiene pendiente varios trabajos para sacerdotes que se van a ordenar y el compromiso es entregarlos el día prometido a la persona.
Para que todo quede perfecto, en muchas oportunidades, previo a iniciar la confección, asesoran al sacerdote o a los laicos, aprovechando que cada día profundizan más sus conocimientos en este rico mundo religioso.
Sobre todo elaboran la vestimenta de los sacerdotes. No paran en su intención de hacerlo cada vez mejor, y sus prendas las lucen en Pakistán, Madagascar, Italia, con los ornamentos sacerdotales: “Hace poco enviamos un trabajo para Bogotá, y en Estados Unidos hay un sacerdote andino, que siempre hace pedidos ¡Bendito sea Dios, no nos podemos quejar!”. (Nancy Porras)