Regional

El beato Luis Variara predicó la palabra por Táriba

16 de abril de 2025

15 vistas

El padre salesiano, italiano, Luis Variara Bussa, el apóstol de los leprosos, falleció en Cúcuta, el 1 de febrero de 1923. Tenía 48 años. Sus últimos 22 meses de evangelización los vivió en el Instituto San José-Colegio Salesiano de Táriba, entre los años 1921 y 1922. Han transcurrido 102 años.

De interés…
El 14 de abril de 2002 fue beatificado por el papa Juan Pablo Segundo, hace 23 años. Se espera por un milagro para elevarlo a los altares como santo.

José Luis Guerrero S.
@joseluis.guerrero.73700.

I
Calles empinadas de Táriba

Por las calles empinadas de Táriba, durante 22 meses, caminó y evangelizó un sacerdote italiano, salesiano, con dones de santidad.

Entre los años 1921 y 1922, predicó la palabra, cumplió misión pastoral y orientó a niños y adolescentes del Instituto San José o Colegio Salesiano, en el estado Táchira, al occidente de Venezuela. Celebró la eucaristía en la actual basílica de la Virgen de la Consolación y en la capilla María Auxiliadora, del centro educativo. Hoy día, desde el 14 de abril de 2022, él es beato. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II.

Es el sacerdote Luis Variara Bussa. Su nombre completo es Luis Sebastián Mauricio Variara Bussa. Dedicó 25 años de su vida al cuidado de los enfermos de lepra, en Agua de Dios, una comunidad de Cundinamarca, en Colombia, a donde llevaban a los leprosos. Es el apóstol de los enfermos de lepra.

A los 19 años conoció de cerca esta enfermedad, las injusticias, la marginación, el sufrimiento de familias enteras contagiadas con este mal. No le dio miedo enfermarse. A ellos, niños, jóvenes y adultos, los abrazó en el Lazareto-leprocomio a donde llegó de la mano del padre Miguel Unia, desde su Italia natal el 6 de agosto de 1894.

A sus 46 años, es enviado de misión pastoral a Táriba. Cuentan que sus superiores buscaron alejarlo de Agua de Dios.

1921: Táriba, 12 de febrero

El sacerdote salesiano, italiano de nacimiento, Luis Variara Bussa llega a Táriba, hoy capital del municipio Cárdenas, el 12 de febrero de 1921. Se abren las puertas de la hermosa casona, de dos pisos, de amplios pasillos, y patio central del Instituto San José, conocido al pasar de los años como el Colegio Salesiano, que para ese momento estrena sede desde hace un año, y es recibido por su director, el padre Juan Soleri, acompañado de otros sacerdotes de la misma orden religiosa fundada en Italia, por san Juan Bosco en 1859.

Se suma a la tarea de enseñanza y evangelización de los varones, niños y adolescentes, que se forman en las aulas de clase, en este poblado del estado fronterizo Táchira, al occidente de Venezuela, frontera con el departamento Norte de Santander, Colombia. Educar y evangelizar es uno de los objetivos principales.

El sacerdote, de 46 años, recién cumplidos, nació en Viarigi, Italia, el 15 de enero de 1875, hace 150 años. Viene transferido por la congregación desde Barranquilla, Colombia. Llegó a Venezuela por la ciudad de Maracaibo, estado Zulia, y de allí partió a Táriba. Sus superiores le han ordenado otras tareas.

A los 19 años, en 1894, fue traído desde Italia a Agua de Dios, Cundinamarca, Colombia, por el salesiano Miguel Unia. Se incorpora al equipo de religiosos del lazareto Leprocomio de esta comunidad donde se formó como hombre de iglesia. Cuatro años más tarde, el 24 de abril de 1898, se ordena sacerdote en Bogotá. Sus cuatro propuestas principales: volverse santo, practicar la castidad, humildad y obediencia.

En Agua de Dios desarrolló amplia labor social y pastoral. Durante 25 años mostró todas las virtudes de santidad en la tierra al servicio de los leprosos. Fundó la congregación religiosa de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, integrada por jóvenes enfermas de lepra, otras sanas, familiares de los enfermos, deseosas de consagrar su vida a Cristo, con un específico: carisma salesiano victimar. Muchos lo criticaron por dar oportunidad a mujeres contagiadas.

Abrió el Asilo Unia, un oratorio festivo para los niños enfermos a quienes proporcionó techo, vestido, pan y entretenimiento con tres bandas de música que creó. Llevó el teatro y el cinematógrafo para la proyección de películas. Se entregó a ellos en todo momento y buscó que fueran felices pese a la penosa enfermedad que los acosaba y el rechazo de todos.

Al llegar a Táriba y antes de entrar a la casona, desde lo alto de la meseta, miró a San Cristóbal, la capital del estado, en medio de la frondosa naturaleza del lugar. Con seguridad, al abrazar al salesiano Juan Soleri, hubo gratas palabras de bienvenida, extensas conversaciones a la hora de compartir el almuerzo o la cena, para conocer parte de su obra.

En los escritos de la época lo califican como un verdadero regalo para el colegio. Algunos conocedores de su historia narran que sus superiores buscan separarlo de la obra religiosa que ha construido en Agua de Dios. Para Variara, estar en Táriba, es un castigo, pero por sus votos de obediencia se incorpora a la nueva misión sin pensar que nunca más volvería a reunirse con los leprosos y ver la continuidad de su importante obra social.

En una carta dirigida a la hermana Ana María Sierra, de la congregación por él fundada en Agua de Dios, le escribe: “Me encuentro en un campo de trabajo espiritual en el cual preveo inmensas posibilidades para actuar en favor de las almas”.

Amante de la música, en Agua de Dios, con todas las limitantes de la época, fundó tres bandas de guerra, para hacer más amena la vida en el colegio. La alegría es un valor importante para los salesianos. En Táriba buscó instrumentos, organizó a los niños y creó otra banda. Se cuenta que las notas musicales se escucharon en escenarios de Táriba y San Cristóbal, y en las actividades religiosas, bajo la dirección de Variara Bussa. En dos cuadros, pintados por dos artistas, que se muestran, uno en la capilla del instituto se destaca una trompeta; en el otro, en las áreas internas de la basílica, al lado derecho del padre se ve a un niño con una trompeta que viste, como otros dos pequeños, el uniforme del instituto.

Ese año, en agosto de 1921, finalizados los exámenes semestrales, se dio comienzo a los ejercicios espirituales para niños y adolescentes que fueron predicados por el padre director y por el padre Variara.
Entre sus tareas está la de ser confesor. Tenía la responsabilidad de dar clases de religión y teología, dirige la música en el templo, los ensayos de la banda de su creación y los cantos en las ceremonias solemnes.

Lo definen como un salesiano humilde, fervoroso, sacrificado, que caminó, predicó la palabra de Dios, por las empinadas calles de Táriba y contribuyó con la formación educativa y religiosa de muchos estudiantes.
Su precaria salud limitó sus energías. Muchos pensaron que estaría enfermo de lepra, que se había contagiado al compartir con los enfermos de Agua de Dios, pero no fue así. Otro era el mal. La enfermedad no le permitió desarrollar sus extraordinarias cualidades y mejores disposiciones en este colegio que con el paso de los años se convirtió en uno de los mejores del occidente del país.

1922: Táriba, 14 de diciembre

El padre Variara cuando fue trasladado a Bogotá en 1917 como director del colegio Don Bosco, se enfermó y presentó lesiones en su piel. Muchos pensaron que estaba contagiado de lepra, pero los exámenes lo descartaron. En Táriba, a mediados de diciembre de 1922 se había quejado de algunos malestares que ameritó la visita del médico del colegio que, según los escritos de la época, no encontró nada especial.

A los días fue llevado a San Cristóbal, al consultorio del doctor Vargas quien lo halló enfermo gravemente de los riñones. Es él quien ordena que lo más pronto posible fuera trasladado a una zona de clima caliente. Todo indica que el frío de los andes era intenso.

El sacerdote estaba enfermo de uremia, una enfermedad peligrosa que ocurre cuando los riñones no funcionan en su totalidad y la sangre se contamina. Es la etapa final de una enfermedad renal crónica.
Meses atrás, Variara Bussa contactó a don Rodolfo Faccini un italiano, amigo de sus padres, en Italia, que vivía con su esposa y sus hijos en Cúcuta, departamento Norte de Santander, donde era Cónsul. En días anteriores él lo había invitado a pasar una temporada en su casa. Al enfermar decide irse para allá.

El 15 de diciembre de 1922 el sacerdote emprende viaje a Cúcuta. Atrás quedan todas sus tareas y metas para esta institución de Táriba. Fueron 22 meses de enseñanzas y evangelización. Recorrió algunos de los senderos del pueblo y compartió con personas de la comunidad. Rezó y oró a la Virgen de la Consolación, la patrona de este pueblo.

Salió junto al padre Casazza quien también había enfermado. No se sabe quién de los dos estaba más enfermo.

En Cúcuta, el médico que lo atendió diagnosticó como grave la enfermedad del padre Variara. Lo sometió a régimen riguroso de tratamiento médico. Narran que en su lecho de enfermo, no dejó de tocar la armónica, leer la palabra de Dios y escribir.

1923: Cúcuta, 1 de febrero

Por orden del padre inspector, el padre director Grazziani va a Cúcuta a visitar al padre Variara, el 13 de enero de 1923.

Lo encuentra bastante recuperado, pero el médico no da esperanzas de vida, dejando abierta la puerta de un desenlace fatal. Regresa a Táriba con las malas noticias y todos piden a Dios por su salud.

El 28 de enero llegan a Táriba malas noticias. El sacerdote italiano ha empeorado. El religioso pide que vaya el padre Casazza a visitarlo. Así lo hace de inmediato, junto al padre director.

Los escritos narran que Variara se alegró muchísimo al ver a sus hermanos a su lado. Estaba tranquilo, en la cama y conversó con ellos en medio de las oraciones y cantos. El 31 de enero su salud colapsa. En la madrugada del 1 de febrero comenzó de repente a cambiar el color de su piel y entró en agonía.

Los padres Caroglio y Casazza, acompañados de toda la familia de don Rodolfo Faccini, le rezaron los precces de los moribundos. Se le dio la última absolución y poco después se durmió tranquilamente en la paz del Señor.

Su sepelio

Se acomodó el cadáver en un ataúd revestido con los ornamentos para celebrar.
Por la mañana, al amanecer, ya estaban dispuestos los avisos de su muerte y las invitaciones para su entierro. Asistieron el gobernador, el alumnado del colegio salesiano en Cúcuta, compañeros salesianos, el ejército con su banda y mucho pueblo que rendía homenaje de afecto y gratitud a la comunidad salesiana.

Fue en la iglesia San Antonio, exequias presididas por el padre Caroglio, pero el acto de entierro se efectuó en la tarde, en el mismo templo porque por la mañana no había sido concluida la fosa.
Pasada la impresionante y dolorosa ceremonia, sus hermanos Caroglio y Casazza, que habían permanecido serenos, se desahogaron en lágrimas. El dos de febrero regresaron a Táriba.

El ocho de febrero de 1923, ocho días después de su muerte, hace 102 años, hubo funeral en la iglesia parroquial, hoy Basílica de Táriba. Con seguridad fue una misa solemne, con la presencia del alumnado de la institución, todos conocedores del padre Luis Variara a quienes antes de morir envió un mensaje: “Que sean devotos de María Auxiliadora y del Corazón de Jesús, y que sean puros”. Se unió la congregación religiosa y los vecinos de este pueblo de los andes.

Los integrantes de la banda que él fundó tocaron temas en su memoria que retumbaron en el interior del templo.

En 1932 sus restos fueron llevados a la capilla de la casa Generalicia de los hijos de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, su obra religiosa en Agua de Dios.

1959: Camino a la santidad

El 14 de abril de 2002 el papa Juan Pablo II declara beato, en el Vaticano, al padre Luis Variara Bussa. Después de 70 años de espera, incluidos los 10 que debieron pasar para que el milagro de curar de cáncer a la religiosa italiana Eduviges Roso fuera avalado.

En 1959 comenzó el proceso informativo sobre la fama de santidad del Siervo de Dios y sus escritos. Probada la heroicidad de sus virtudes fue introducida la causa de su beatificación y canonización. En diciembre de 1963 es publicado el decreto de aprobación de sus escritos. Lo declaran Venerable el 2 de abril de 1993.

Dedicó 25 años de su vida a los leprosos “…olvidado de sí mismo, hecho todo caridad para sus enfermos”.
Su canonización, la última fase para alcanzar la santidad, está en proceso. Ya han pasado 23 años.
El 15 de enero es su celebración litúrgica.


II
Su presencia eterna en Tàriba

En sus cartas, Variara contó que desde la ventana de su habitación, pudo ver parte de la iglesia del pueblo donde hoy veneran, a la Virgen de la Consolación, una historia religiosa de hace más de 425 años.

Su obra religiosa, por medio de las hermanas de la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, está presente en Venezuela desde hace 50 años. Las primeras religiosas llegaron a Valencia, estado Carabobo, y hoy, seis de ellas están presentes en Barcelona, estado Anzoátegui; Valencia, estado Carabobo; Caracas, en el distrito capital, y en San Rafael, estado Táchira.

A Táriba, fueron invitadas por un sacerdote de la basílica de la Consolación hace 15 años, y de allí hicieron obra social en la comunidad de San Rafael, al norte, donde trabajaron con la catequesis, tareas dirigidas, visitas a los enfermos y al estudiar las necesidades educativas, se organizaron y fundan el colegio padre Luis Variara, hace 10 años.

— El padre Luis Variara escribió varias cartas en Táriba. Siempre decía que desde su pieza veía a la santísima Virgen María, la imagen de la virgen que describió como muy hermosa. Esas cartas tienen valor inmenso, porque él las escribió con el corazón, las escribió a sus hijas y también para los laicos — expresa la hermana Helena, junto a su compañera Ediemaris García, en la sede del colegio. Ambas reiteran que sus escritos son documentos que nos dejan una enseñanza muy grande, han sido estudiadas, revisadas con detalles. “Se pide a nuestro padre Dios que se apruebe el milagro para su santidad”.

— ¿Cuáles son las líneas de trabajo de la congregación?
— Las dos líneas que el padre ordenó es el trabajo con los niños y con los enfermos. Con los enfermos nosotras apoyamos con los sacramentos.

— ¿Cómo define usted al padre Luis Variara?
— El padre fue una persona muy de Dios, que vivió el sacramento de la eucaristía. Él se caracterizó por vivir y hacer vivir la eucaristía, el sacramento de la confesión. Duraba horas en el confesionario atendiendo a la gente; fue director espiritual para con los niños, los jóvenes y los enfermos. Un predicador que no se quedó solo en un lugar, lo invitaban a predicar en diferentes lugares. Es un hombre que vale la pena seguir su ejemplo.

La vida y obra del padre Variara es enseñada por las religiosas a los estudiantes del colegio y a todos quienes les preguntan sobre su congregación. Allí, en ese lugar conservan una reliquia del sacerdote. Está en la capilla, junto a la imagen oficial del beato, quien espera la aprobación de un milagro para subir a los altares.

2025: El Colegio Salesiano

Los padres salesianos Juan Bautista Soleri y Martín Caroglio llegaron a Táriba, desde Maracaibo estado Zulia, a mediados de 1914. Hace 111 años para iniciar su obra educativa.

En terrenos donados por Isabel Chuecos de Colmenares, viuda de José Trinidad Colmenares, se construyó el Instituto Salesiano San José de Táriba, cuya primera piedra de construcción se colocó el 30 de abril de 1916.

Su historia comenzó a finales de 1914 cuando la vecina Virginia de Colmenares cede su casa, una cuadra atrás de la iglesia, hoy basílica, donde se fundó el instituto que el 7 de enero de 1915. Inicia clases con 80 niños. Cinco años más tarde, en 1920 se trasladan al edificio de dos plantas, aun sin terminar. Es allí a donde llega el padre Variara al año siguiente.

En 1975 los salesianos dejan el colegio. La hermosa casa cae en el abandono. Se deteriora. En 1995 regresan. El edificio fue restaurado. Es ahora Centro de Capacitación Laboral San José, una escuela para el emprendimiento, dirigido por el padre salesiano Jhonder Salas.

En una placa de mármol colocada en la pared de entrada a esta hermosa casona, vista desde la calle, se lee: El fiel discípulo de san Juan Bosco, sacerdote salesiano Luis Variara B, (1875-1923) beatificado por el papa Juan Pablo II, fundador de las hermanas Los sagrados corazones de Jesús y María, apóstol de los leprosos, honró con su presencia esta casa Instituto San José desde el 12 de febrero de 1921 al 15 de diciembre de 1922, para la gloria del Señor. La familia salesiana 01 de febrero de 2007.

En la capilla del colegio, mirando de frente al altar, está una pintura con el rostro del padre Variara, donde al autor destacó una trompeta entre ramas de un árbol.

La habitación que ocupó durante su estadía en el colegio lleva su nombre y allí funciona la biblioteca de la institución que lamentablemente pocos utilizan.

Otra pintura está en el interior de la basílica de Táriba. Se ve al padre, sentado, y viste sotana negra. Está junto a tres niños con uniforme escolar. Uno de ellos, de pie, lleva en sus manos una trompeta. El autor de la obra, destaca la importancia de la música para el sacerdote. En el colegio de San Rafael, está la foto oficial de su beatificación, la cual muchos creyentes conservan en estampas religiosas.

Hoy, para la comunidad salesiana y para los católicos creyentes, vale mucho su recuerdo, conocer parte de su historia y decir con orgullo que por las calles de Táriba caminó y evangelizó con humildad y mucho carisma salesiano, el beato, Luis Variara Bussa, el apóstol de los leprosos. (@joseluis.guerrero.73700.)

¡Quieres recibir el periódico en la puerta de tu negocio!

1 Mes

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 5% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post 1 historia

Mensual
54.000 Cop

Pago único

Suscribirse

3 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 10% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    1 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
51.300 Cop

Pago único

Suscribirse

6 meses

  • 3 Ejemplares semanales
  • Entrega gratis (Delivery)
  • Aviso impreso 2×5
  • Descuento del 20% en publicidad Digital
  • Osequio de Instagram
    2 Post + 1 historia
  • Descuento del 5%

Mensual
48.600 Cop

Pago único

Suscribirse