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Regional
Excesos en consumo de licor y mucho ruido arruinan el descanso de los palmirenses
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Vecinos festejan la elevación de las fiestas decembrinas a patrimonio municipal y estadal, pero aseguran que hay muchas situaciones que deben corregirse.
Cada fiesta navideña, convierte la plaza Bolívar del municipio Guásimos y sus alrededores en un centro de venta y consumo de licor excesivo, acompañado de un abuso de sonido, que rompe con el descanso de quienes residen a sus alrededores, desmanes que atentan contra la tradición.
— Hoy 29 de diciembre amanecimos trasnochados. El ruido de la música fue estruendoso, durante toda la noche, a pesar de durar cuatro horas sin electricidad, de siete a diez y media de la noche, oscuridad que sirve de caldo de cultivo para la inseguridad — contó un vecino que vive a unos metros de la plaza.
Los residentes están molestos y cansados. Por vía del teléfono celular intentaron comunicarse con los organismos encargados de garantizar el orden, pero nadie respondió.
— Esa fue la gota que rebasó el vaso, comentó. Durante unos días estuvimos tranquilos, pero anoche de nuevo hicieron de las suyas, se adueñaron de los alrededores de la plaza, sobre todo el sonido fue insoportable.
Ya no se conforman con beber y beber toda la noche, sino que colocan todo el volumen de una “música” que aturde, no solo a los que viven alrededor de plaza sino que se apropian de espacios más alejados, aumentando el problema de la falta de orden público — reiteró.
Desorden tras desorden
Desde tempranas de este 28 de diciembre en horas de la mañana se veía el panorama. Equipaban los kioscos de ventas de cerveza, ubicados en la plaza desde 14-15 de diciembre.
El argumento de celebración fue el Día de los Inocentes, una quema de pólvora anunciada para las diez de la noche , pero que se concretó a las doce y media de la medianoche, evento que duró dos minutos y la fiesta se prolongó hasta las seis de la mañana del 29 de diciembre.
Días previos al 24 de diciembre las fiestas se convirtieron en una competencia de Sound car que se prolongaron hasta el otro día, no dejaron dormir a los vecinos de las calles 1,2,3 y 4, con las carreras 2,3,4 , y las autoridades brillaron por su ausencia.
Denunciaron que las paredes de las casas se convirtieron en urinarios, donde incluso vomitaban y el olor a las pocas horas era insoportable y quienes son protagonistas de esos momentos de desorden ni siquiera les importa hacer sus necesidades delante de cualquier persona, relataron los vecinos.
“Siempre es lo mismo, hay un desorden total, un caos, llega un momento en que ni siquiera se puede pasar, porque se dan el lujo de atravesar hasta un carro en la esquina de la tres con carrera cinco y no puede pasar ningún automóvil, ni siquiera se respeta el derecho de circulación de quienes tienen ubicada su casa en estos espacios” narró el señor Francisco Jaimes.
Ni hablar de las vísperas, falta mucho control, porque es un actividad sobre todo para niños, y lo que se ve es licor, jóvenes menores de edad con botellas de alcohol en la mano desfilando, cantando bailando detrás de un carro que tiene un equipo de sonido con una música inapropiada para el momento, expuso.
Cuando menos se piensa arriban hasta 500 motorizados, se estacionan donde les da la gana, incluso en una de las víspera, llegaron acelerando, expidiendo monóxido de carbono, los padres que querían salir de lugar para resguardar la salud respiratoria de sus niños, se sentían atrapados, porque no tenían un vía de escape, expresó la señora Carla Ramírez.
Se preguntó de ocurrir un suceso de riesgo que puede ser incluso por la pólvora, ¿cuál sería la vía de escape? Hay que tener un plan B, porque no se sabe cuándo puede suceder algo que se escape de las manos.
Desechos por todos lados
La basura, es uno de los adornos que queda luego de cada desorden, sobre todo nocturno, la plaza amanece rodeada de desechos, hecho que preocupa pues se convierte en ambiente de insalubridad, si se toma en cuenta que la prestación del servicio de recolección de basura es bastante irregular en el municipio, resaltaron.
Dejan claro que celebran que las fiestas navideñas, hayan sido elevadas a patrimonio cultural municipal y estadal, sin embargo, deben corregirse muchos aspectos.
Piden la intervención de los organismos de seguridad a fin de garantizar el orden en Palmira, sobre todo en horas nocturnas.”Urge regular el consumo de alcohol y el volumen de la música”.
Recordaron al prefecto Gilberto Chacón, quien durante la gestión en la gobernación del doctor Ricardo Méndez Moreno, se acercaba a los que celebraban y decía; hasta las once de la noche pueden permanecer en el lugar, a esa hora la plaza debe estar vacía, dando cumplimiento a un acuerdo entre la Alcaldía y la prefectura, notificación que se cumplía.
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