Bleima Márquez
La infraestructura de la iglesia San José, en pleno corazón de San Cristóbal, está muy deteriorada. Hay filtraciones, grietas, moho por la humedad en las paredes, desgaste en el techo. Constantemente caen trozos de pináculos dentro y fuera de este templo católico, inaugurado en 1984, luego de 30 años en construcción. Requiere reparaciones urgentes, tanto en el interior como en la parte externa.
El presbítero José Alirio Zambrano, párroco de la parroquia San José, expresó al equipo de prensa de Diario La Nación su preocupación y la de los feligreses por las condiciones físicas de este templo estilo neogótico, caracterizado por arcos apuntados, grandes ventanales, detalles intrincados y un énfasis vertical.
El padre Zambrano destacó la belleza y el estilo arquitectónico del templo, ubicado en la carrera 10 con carrera 8 del centro de San Cristóbal, pero también subrayó la necesidad de realizar reparaciones debido al deterioro causado por el paso del tiempo.
“La estructura del templo conserva su belleza, pero hay filtraciones en las paredes que han generado humedad y deterioro”, afirmó el presbítero Zambrano y acotó que “el techo también requiere atención, es necesario cambiar las canales y colocar un nuevo manto, ya que el actual ha sufrido un desgaste considerable”, y destacó que urge la restauración.
El presbítero enfatizó que, a pesar de que el templo se mantiene funcional, es perentorio llevar a cabo un mantenimiento preventivo para preservar esta obra de gran importancia cultural y espiritual.
“La fachada, que nunca ha recibido atención, necesita ser limpiada y restaurada para recuperar su esplendor original”, apuntó el párroco. Algunos fieles resaltaron que todos los días se pueden observar trozos de pináculo que han caído en el suelo.
Al recorrer las instalaciones de la iglesia y la casa parroquial se pudo apreciar grietas en las paredes y piso, así como en el mármol de las escaleras que dan al Santísimo, el cual, según los fieles visitantes de esa iglesia, solía ser expuesto en ese lugar; sin embargo, este ritual fue cambiado de sitio por las pésimas condiciones, aunque, advierten, de igual manera corre riesgo de daños.
Patrimonio cultural
La iglesia San José es considerada por los sancristobalenses como un tesoro arquitectónico que cautiva a visitantes y feligreses por igual.
Su imponente estructura, de estilo neogótico, se alza majestuosa en el paisaje urbano, recordando la rica semblanza y el legado artístico de la región.
Sobre la historia de la iglesia San José, el padre Zambrano explicó que este templo, cuyo estilo arquitectónico es neogótico, comenzó a ser construido en 1943: “El altar y los detalles arquitectónicos reflejan este estilo, lo que contribuye a la belleza del lugar. La fachada invita a los fieles a trascender y encontrarse con Dios”.
En cuanto a la protección del templo, el presbítero mencionó que, por resolución Número 003-05 de fecha 20 de febrero de 2006 del Instituto de Patrimonio Cultural, la parroquia fue declarada Bien de Interés Cultural de la Nación, e incorporada al Catálogo de patrimonio cultural venezolano, lo que implica que cualquier modificación requiere del permiso de las autoridades competentes.
“Hacemos un llamado a todos los entes gubernamentales para que reconozcan la importancia de este templo, no solo para San Cristóbal, sino para el Táchira, Venezuela y el mundo, su estilo y la belleza que representa”, expresó el presbítero y reiteró sobre la necesidad de cuidarlo y no esperar que se siga deteriorando porque luego las reparaciones serían muy costosas.
También la casa parroquial
No solamente la estructura de la iglesia San José está deteriorada. La casa parroquial también presenta daños notorios, incluso hay hundimientos en algunos de los salones donde se desarrollan actividades eclesiásticas y de preparación como catequesis, entre otras. Temen que en cualquier momento se abra un enorme cráter en el piso. Al igual que el templo, la pintura está desgastada, hay múltiples filtraciones, fuerte olor a humedad, piso agrietado y con notorios desniveles.
Diagnóstico
Ante la inquietud del padre José Alirio Zambrano, y de los feligreses que hacen vida en la parroquia San José, una comisión de especialistas de la Corporación de Infraestructura, Mantenimiento de Obras y Servicios del estado (Corpointa), y un arquitecto del Gabinete de Cultura, acudieron a la parroquia, así como algunos reparadores de las puertas, y el maestro Leonel Durán, quien es restaurador de vitrales, para determinar la situación en que se encuentra el templo. “Es como el preliminar, aún están diagnosticando, viendo dónde están los daños, pero no se ha dicho nada todavía”, comentó una devota que frecuenta constantemente el templo. Esperan una pronta acción.
UN RECUADRO
Un viaje a través del tiempo
La construcción de la iglesia se inició en 1943, y a lo largo de los años, maestros constructores y artesanos dedicaron su talento y esfuerzo para dar vida a esta obra maestra. Cada detalle, desde los arcos ojivales hasta los coloridos vitrales, cuenta una historia de devoción y creatividad.
El estilo neogótico -que reinterpreta la arquitectura gótica medieval de los siglos XI al XIV- de la iglesia exhibe elementos característicos como arcos ojivales, bóvedas de crucería y vitrales que filtran la luz creando una atmósfera mística.
La iglesia tiene tres imponentes torres. La torre central alcanza los 72 metros de altura, y son un símbolo distintivo del horizonte de San Cristóbal. El altar mayor, esculpido en alabastro o piedra, por el artista Andrés Martínez Abelenda, es una obra de arte con detalles intrincados y relieves que representan escenas bíblicas.
Los hermosos vitrales, incluyendo el rosetón dedicado al Espíritu Santo, inundan el interior de la iglesia con una luz suave y colorida, creando un ambiente de paz y espiritualidad.