El cronista rubiense, Iván Bonilla, ofreció una charla en el Tercer Encuentro “Crónicas de San Cristóbal”
Norma Pérez
Un acucioso análisis sobre la incidencia de la apertura de la Escuela Normal Interamericana en Rubio, hizo el cronista del municipio Junín, Iván Bonilla, durante el Tercer Encuentro “Crónicas de San Cristóbal”.
El evento se realizó en homenaje al décimo aniversario del doctor Luis Hernández Contreras como Cronista oficial de la capital del Táchira, y tuvo como sede el Instituto Universitario de la Frontera.
Contó con la participación como ponentes del presidente de la Academia de la Historia del Táchira, José Antonio Pulido; el presidente de la Asociación de Cronistas del Táchira, Walter Márquez; el homenajeado cronista de San Cristóbal, Luis Hernández Contreras; y el cronista del municipio Junín, Iván Bonilla.
La ponencia del cronista rubiense tuvo por nombre “De la ENRI al IPRGR-UPEL: 70 años forjando la educación rural latinoamericana”.
A manera de contexto, se refirió a que Junín es un municipio promotor de la creación de la escuela Normal:
“En 1876, el prefecto de Rubio, José Fernando Mendoza, solicita al gobierno del estado la creación de una escuela Normal de preceptores. Este fue un punto de partida, y surgió de la primera autoridad de Junín para ese momento”.
La iniciativa tuvo eco, y se abrió la escuela Normal “J. A. Román Valecillos” en San Cristóbal, en 1925. Cinco años más tarde, un sacerdote rubiense crea la primera escuela Normal Rural en Capacho, Libertad. El 5 de junio de 1945 nace la escuela Normal “Gervasio Rubio”, exclusiva para señoritas, en la Ciudad Pontálida.
“Posteriormente, bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos, se lleva a efecto una reunión en Caracas para analizar la situación de la educación rural en los países de la región. La discusión arrojó como resultado que se padecía de la condición de pueblos campesinos”.
Ante este escenario la OEA y la Unesco unen esfuerzos y deciden generar un proyecto para crear una Escuela Normal Rural Interamericana. Se escogió a Venezuela para establecer la primera sede, la cual se estableció en Rubio, que para ese momento era un pueblo muy pequeño.
“Se conceden los terrenos y se edifica la infraestructura de la Escuela Normal Rural Interamericana, una escuela Normal rural para las Américas. Su función rebasa cualquier análisis que se haga, pues todavía está pendiente una valoración del impacto que tuvo. Un acierto de ambos organismos internacionales, a través de los cuales se becaron cien estudiantes extranjeros. Algunos después de graduarse se establecieron en Rubio”.
Es así como inicia funciones el 1° de abril de 1954 con personal tanto venezolano como de diferentes países, que hicieron un valioso aporte a la educación.
“Puedo decir que esta institución quedó en el anonimato; después se hizo la apertura a Centro Interamericano de Educación Rural. Su evolución nos llevó al Instituto Pedagógico Rural “Gervasio Rubio, de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador”.
Entre sus consideraciones el doctor Bonilla hizo énfasis en que evaluar el impacto que tuvo en diversos ámbitos, más allá del educativo, sería necesario para determinar sus alcances.
“Fue sede para los cursos de estudiantes preparándose en estrategias de desarrollo rural, para llevarla a sus respectivos países y poner en práctica en Venezuela. Eso nos da la idea de lo que significó. También para Rubio, pues a su principal avenida se le cambió el nombre a Las Américas; surgieron establecimientos comerciales y un liceo, bautizados de la misma manera”.
Se publicaron revistas y se inauguró la emisora “Ecos de Junín”, que después, don José Rafael Cortés la trasladó a San Cristóbal con el nombre de Radio Junín, actual Radio Mundial.
“Hoy el IPRGR-UPEL continúa su expansión, ofrece programas de pregrado, postgrado y doctorado; se consolida como un pilar sólido y fundamental en la formación docente rural”.