Regional

La ETI, de la avenida Libertador, en la memoria de un estudiante trujillano

14 de marzo de 2024

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Claudio Fernández vino del estado Trujillo en 1971 y se formó como técnico mecánico en las aulas de clase de la Escuela Técnica Industrial Eleazar López Contreras, de la avenida Libertador. Allí fue docente durante 27 años. Muchos son sus recuerdos de su paso por esta institución.

El dato…

“Yo recuerdo las residencias estudiantiles en la calle 16 entre las avenidas García de Hevia o Quinta avenida e Isaías Medina Angarita o Séptima avenida, y en el sector Puerta del Sol. Los muchachos nos íbamos caminando hacia la escuela por la avenida Libertador”.

José Luis Guerrero Sánchez

@joseluis.guerrero.73700

El ruido característico de los metales o el sonido de los motores en los talleres de la Escuela Técnica Industrial, Eleazar López Contreras, en la avenida Libertador, ya no se escucha con la misma intensidad de hace 53 años. Los estudiantes son otros, los educadores también.  Es otra época.

A comienzos del año escolar, en 1971, el joven Claudio Fernández se trasladó desde Santa Ana, estado Trujillo a estudiar a la ETI de San Cristóbal. Su deseo de formarse y capacitarse en un área técnica lo impulsó a buscar este horizonte. Se había recibido de perito mecánico, egresado de la Escuela Industrial Laudelino Mejías en el estado Trujillo.

— No fue fácil tomar esa decisión, pero con el apoyo de mis padres y con mucho sacrificio lo hice al lograr el cupo en Táchira. Era la mejor institución para la época, de formación de mano de obra calificada y profesionales técnicos en las especialidades de química, construcción civil, electricidad, electrónica, ebanistería y mecánica. Mi objetivo era continuar estudios y especializarme en técnico mecánico — relata Fernández, con mucho entusiasmo, 53 años después. Sus ojos brillan con sus recuerdos, mientras muestra los papeles que ha guardado por muchos años, unas hojas blancas, tamaño oficio, donde ha narrado parte de su historia en esta institución educativa.

El 10 de abril de 1939, hace hoy 85 años, se instala la Escuela de Artes y Oficios, en un local provisional del centro de San Cristóbal. El 18 de diciembre de 1942 se inaugura la Escuela Artesanal Mérida en el hermoso edificio de ladrillo de dos plantas y amplios ventanales de la carrera 8, con calle 11.

Carnet estudiantil de la ETI de décadas pasadas.

Los cursos de formación duraban tres años. Se obtenía el título de artesano en las especialidades de carpintería, cerámica, zapatería, sastrería, tejidos de lana, tejidos de sombrero y talla de madera. Son las artes y oficios que permitieron a muchos hombres y mujeres avanzar en su vida, con sus familias. Los primeros pasos de esta escuela.

Durante el mandato de Marcos Pérez Jiménez se construyen las instalaciones de la sede actual de la Escuela Técnica Industrial Eleazar López Contreras, a un lado de la avenida Libertador entre los municipios Cárdenas y San Cristóbal. Lleva el nombre del expresidente de Venezuela, destacado en la fase primera de la era democrática entre los años 1935 y 1941, el hombre oriundo de Queniquea, municipio Sucre.  En 1956 desaparece la Escuela de Artes y Oficios. Se crea la escuela industrial y en lapso de cuatro años se entregaba el título de perito. Tres años después, en 1959, se eleva a la categoría de Escuela Técnica Industrial, cinco años de estudios y se concede título de técnico.

En el amplio salón de clase, de la imponente estructura de la planta física, también había estudiantes procedentes de Valencia, Caracas, Barcelona, Tucupita y otras regiones del país. Al menos, 40 alumnos integraban el curso por aula. Una o dos mujeres en la especialidad de mecánica, porque la   mayoría de ellas estudiaba química, electricidad, electrónica o construcción civil. Era una mezcla de cultura nacional donde se impuso la disciplina y el deseo de aprender.

Claudio Fernández narra que había mucha ayuda para los venidos del interior del país y/o del interior del estado: buen comedor, asignación gratuita de tiquetes para el transporte público cuyo valor era de 0,25 bolívares o medio, en las rutas urbanas de autobuses y carros cinco puestos; becas, buen trato y pases para el comedor popular que existió en la carrera 6, con calle 13 del centro. Al principio se exigió el uso del uniforme:  camisa marrón y jens azul, pero luego se les permitió la asistencia con ropa de particular como se le dice.

Cada estudiante portaba un carnet estudiantil que decía al dorso: “Rogamos a las autoridades civiles y militares prestarles toda su colaboración a los alumnos de este centro oficial”. Muchos alumnos lo utilizaron como pase de cortesía para entrar a eventos culturales, deportivos y/o musicales.

— Yo recuerdo las residencias estudiantiles en la calle 16, entre las avenidas García de Hevia o Quinta avenida e Isaías Medina Angarita o Séptima avenida, y en el sector Puerta del Sol. Los muchachos nos íbamos caminando hacia la escuela por la avenida Libertador. Luego fueron cerradas — narra mientras revisa sus hojas de historia. Se le ve sonriente y feliz de contar parte de su historia-.

Otro detalle de aquella época es que era común ver a muchos estudiantes de la ETI estudiando en la plaza de La Ermita, por la Ríos Reyna o Los Enanitos, en la plaza Bolívar o por donde quedaba Cardeco, frente a la hoy Villa de los Buhoneros, porque se aprovechaba la buena iluminación.

— La ETI se caracterizó por ser muy exigente en su proceso educativo y de allí la excelente formación. La carrera de técnico medio se cursaba en seis años y con cuatro años se obtenía el grado de perito. Algunos estudiantes salían de la residencia con una silla plegable, tabla con gancho, hojas, cuadernos, regla de cálculo, para estudiar en los espacios públicos hasta altas horas de la noche — expresa mientras enseña la regla de cálculo, un instrumento usado por ingenieros y técnicos para resolver problemas de cálculo de alta precisión. Constad de 10 escalas por cada lado, y con ayuda de la reglilla y el cursor al mover de izquierda a derecha se usa para el trabajo respectivo.

Al joven estudiante trujillano le llamó la atención la acertada arquitectura del edificio, especialmente diseñado para el aprendizaje de educación industrial. Suficientes áreas verdes para una posible expansión, además de la costosa inversión de máquinas, equipos y material de laboratorio, que se utilizaban en esa época.

Así luce la fachada de la Escuela Técnica Industrial, una infraestructura construida en época de Marcos Pérez Jiménez. (Foto/José Luis Guerrero)

Estructura física amplia, bien pintada, sanitarios, pasillos anchos, espaciosos salones para las clases. Diversos laboratorios y talleres de formación. Destaca en su recuerdo la residencia amoblada dentro de la escuela y con estacionamiento para el ciudadano director. Excelente dotación de equipos y materiales de trabajo.

— Incluso los estudiantes de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, Unet, utilizaban los laboratorios para sus prácticas de ingeniería mecánica. También contaba con vigilancia diurna y nocturna. Todo de alto nivel. Todo funcionaba a la perfección.

La fuerza de sus protestas

Hubo una época que esta institución se caracterizó por las protestas estudiantiles. Mucha violencia de calle para exigir mejoras en los alimentos servidos en el comedor, respeto al pasaje estudiantil, cambios de docentes o por salir con más días de vacaciones…

— Es lo negativo que yo recuerdo. El exceso de manifestaciones de los estudiantes en la avenida Libertador. Eran violentas. Fuertes enfrentamientos con los efectivos policiales. Hubo destrucción de unidades de transporte, vehículos del Estado y vehículos particulares. Muchos daños materiales contra locales comerciales y contra la misma institución. Muchas interrupciones de clases. Lograban paralizar el libre tránsito entre la zona norte del estado y San Cristóbal. Los conductores tenían que dar muchas vueltas por las vías alternas porque no existía la avenida Antonio José de Sucre, —, relata.

En estos espacios hubo mucha violencia estudiantil.

La estructura física, por el área de talleres, que da hacia la avenida, cuenta con amplios techos de láminas vidrio. Las autoridades colocaron mallas para protegerlos de las piedras lanzadas en las manifestaciones. Este diseño permite la iluminación natural en los talleres.

Hubo muchas protestas para exigir la construcción de una pasarela sobre la avenida Libertador para el desplazamiento de los estudiantes debido al elevado tránsito de vehículos por la arteria vial. El gobierno la construyó, pero hoy día muy pocos la usan. En los últimos años las protestas han disminuido. Ya no es la misma furia del estudiante de la ETI. Ya no es la misma ETI.

II

Él se especializó en mecánica

Compartió escolaridad con amigos como, Fernando Abreu, Miguel Sánchez Montañez, Luis Moncada, Egly Cortés, Rafael Vásquez, Marco Núñez, Hugo Alfonso Astorga, Orlando Medina, Miguel Reyes.  Destaca a Ángel Marín como uno de los mejores alumnos de la sección quien trabaja en la Organización Internacional del Trabajo, en Ginebra.

Al conversar menciona una larga lista de docentes, a quienes agradece por la enseñanza impartida en las materias de: mecánica de fluidos, termodinámica, mecánica aplicada, resistencia de materiales, física, dibujo técnico, inglés técnico, matemáticas y producción, entre muchas otras.

— Tulio Rico Dávila, Teófilo Cárdenas, Loyd Morris, Gerardo Regalado, Grau Ortega, José Barrios, Aly Huggins, Sánchez Frank quien años después fue rector de la Unet, Ligia Soto, todos son destacados docentes, entre muchos otros que pasaron por las aulas a impartir conocimientos. Todos de excelencia académica que muchos recordamos. Tenían una extraordinaria forma de transmitir conocimientos a sus alumnos, pero ya Dios les dio el descanso eterno a varios de ellos.

— En esos tiempos había mucha armonía y conexión personal con todos los trabajadores. Buenas aulas, buenos talleres y laboratorios con excelente mantenimiento de sentido urbanístico en la institución toda una armonía para el aprendizaje — estima el ahora exdocente.

El diploma como técnico mecánico lo recibió de manos del profesor Héctor Tovar Luna, quien era el director; Alejo García ocupaba el cargo de subdirector.

En sus años de formación asegura que adquirió muchas destrezas y habilidades en soldadura, mantenimiento industrial, circuitos básicos de corriente alterna y continua, máquinas, herramienta automotriz, centrales térmicas e hidráulicas y otros oficios relacionados con metales.

La ETI destacó en exposiciones organizadas por Corpotáchira y durante la Feria Internacional de San Sebastián, en los pabellones de Pueblo Nuevo. Se exponían proyectos de mecánica, química, electricidad. Uno de éstos fue una plataforma de extracción de petróleo utilizando un balancín, bomba se succión, válvulas, tanque de almacenamiento, la torre y en el último peldaño se izaba la Bandera de Venezuela. Con un motor se extraía aceite simulando petróleo.

También construyeron en el taller de fundición de la especialidad de mecánica, un Escudo Nacional en hierro, de un metro cuadrado aproximadamente. Con mucha dedicación, con oficios de forja, cincelado, limado, taladrado, aserrado a mano, se moldeó el manojo de espigas, ramas, el caballo, las letras, números y todos los detalles, lijado y pintura,  obteniendo un acabado de alta calidad.

— Cuando recibí el diploma de técnico mecánico, de inmediato ingresé al trabajo de mantenimiento de los circuitos hidráulicos de la moderna planta de

laminación en frío de la Siderúrgica del Orinoco, ubicada en la zona de Matanzas, Puerto Ordaz, estado Bolívar. No perdí tiempo porque se egresaba con muchos conocimientos — dice.

Igualmente, a la mayoría de graduandos, compañeros de su promoción, les fue muy bien en sus actividades laborales. Unos, trabajaron en la pequeña y mediana industria, otros en la empresa petrolera, industria del hierro o en el sistema eléctrico nacional, incluso desempeñando funciones de alta jerarquía.

Claudio Fernández no olvida que cuando egresó de la escuela se fue a Lagunillas estado Zulia a Maraven en busca de trabajo, pero en esos días llegó una comisión de la Corporación Venezolana de Guayana a la escuela industrial de Trujillo en busca de profesionales técnicos y mediante concurso lograron quedar varios egresados de San Cristóbal.

— En Sidor me asignaron mantenimiento de sistemas hidráulicos de la moderna planta de laminación en frío, en la zona industrial de Matanzas, en Puerto Ordaz, estado Bolívar. Incluso estando allí me llamaron del departamento de Recursos Humanos de Maraven para trabajar con ellos, pero no acepté. Había mucha oportunidad de empleo para los profesionales técnicos especialmente egresados de la ETI.

III

La experiencia como docente

En febrero del año 1977, hace 47 años, ingresa como docente a la ETI. Lo recibe el profesor Gerardo Gómez Zamudio, luego trabajó junto a Germán Hurtado Reyes, José Antonio Torres y Octavio López quienes ocuparon cargos directivos.

Comenzó a trabajar en los talleres de mecánica de mantenimiento automotriz y diésel, por último, en el taller de ajuste, donde era la práctica y uso de tecnología de diferentes oficios en el trabajo de metales como aserrado, taladrado, limado, mediciones y otros conocimientos inherentes a la rama industrial.

Hace 25 años, el 6 de marzo de 1999, la periodista Enis de Garmendia (+), en la página Pérfiles Educativos de Diario La Nación, escribió que la matrícula de la institución es de 830 alumnos y destaca que los egresados no solo están listos para incorporarse a la masa laboral sino para ingresar a la educación universitaria donde los jóvenes han demostrado poseer una alta preparación.

Se cuenta con amplios laboratorios de electricidad (3), mecánica (3), química (1), soldadura (1) y resistencia de materiales (1) …

“…lo importantes de los laboratorios es que los alumnos egresan capacitados para manejar equipos, para realizar reparaciones y suministrar servicio de mantenimiento preventivo. El joven adquiere las herramientas y destrezas para desenvolverse en la utilización de las maquinarias y equipos de acuerdo a la especialidad que cursa”.

En el texto se menciona al profesor Fernando Quintero, de la cátedra de electricidad, quien destacó que “el joven egresa muy maduro, sabe resolver el problema que se le presente porque piensa, es creativo, resuelve, y es esa la misión del técnico: innovar y crear”.

Ya para esta fecha los docentes informaban que muchos de los equipos y máquinas de laboratorios estaban obsoletos, e incluso en el laboratorio de máquinas y herramientas es donde los jóvenes ven un poco limitadas sus tareas por cuanto una barra de metal tiene precio de 200 mil bolívares, pero la cuota de padres y representantes es en oportunidades utilizada para estas compras de materiales.

La planta física de la institución es amplia, visión de futuro del gobernante de la época.

A lo largo de los años la tarea formativa sigue. El profesor Fernández, con 27 años de servicio docente, en septiembre de 2004, sale jubilado. Para él fue una época de oro de la educación en Venezuela y por sus manos pasaron muchos jóvenes a quienes formó en los laboratorios y aulas de clases. 

— Yo cumplí con mis obligaciones como docente. Participaba en los actos culturales y sociales, enseñaba lo suficiente al alumno para una formación integral en la especialidad que cursaba. Se hacía la planificación anual de la materia, de los tres lapsos, de todos los objetivos previstos a cumplir, material que se entregaba al departamento de Evaluación. Eso era sagrado todos los años.

IV

La actualidad

Hace poco tiempo el profesor Fernández visitó la ETI, recorrió parte de sus pasillos y revivió muchas escenas en su mente. Vio el deterioro físico de las instalaciones y muy poca presencia de estudiantes. Recordó tantas tareas cumplidas.

Es la misma planta física, con sus problemas por falta de mantenimiento, pero no es la misma en cuanto a la vida estudiantil. Es otra etapa. Notas de prensa indican que para el año 2018 la matrícula estudiantil sumaba 500 alumnos, para el año 2021 son cerca de 285 estudiantes y en el año 2024 se acercan a los 300 jóvenes, cifras que se conocen de manera extraoficial. 

Sabe Fernández que en la actualidad no hay una política de estimulación al docente en lo concerniente a las mejoras de su escala salarial por parte del ministerio de Educación. Hay mucha vocación de servicio por parte del personal, pero el ganar muy poco golpea su vida personal y familiar. No es el mismo docente porque las condiciones de trabajo son otras.

En la página de Facebook, de egresados y estudiantes de la ETI, Cristian García escribió el 29 de octubre de 2023, luego de publicar varias fotografías y videos de la institución: “Sin intenciones de crear polémicas, estas imágenes y videos son de mi autoría. Fecha septiembre de 2023 que fui a la ETI a tramitar las notas certificadas. El día que fui a retirarlas habían podado el monte de la parte de abajo, imagino que estará un poco más presentable, pero en términos generales la ETI también detalla el caos y la precariedad en que se encuentra el país”.

“Tremenda infraestructura que tiene esa institución. Que tristeza desidia que se pierda todo eso de donde me formaron como técnico medio en electrónica. Salí, fui pasante donde quedé trabajando. La mejor casa de estudios. Nuestra Escuela Técnica Industrial.” José Martínez. Hace 14 semanas.

“Qué triste como está totalmente abandonada. Soy promoción 1986. Tremendo estudio formadores de profesionales técnico en el área industrial”, Carlos Arellano. Hace 14 semanas.

“Qué increíble!!!! Los mejores laboratorios y talleres de electrónica, electricidad, los del IUT recibían clases allí porque sus laboratorios no tenían el nivel de la Escuela Técnica Industrial”. Carlos Arellano. Hace 14 semanas.

Sería un atraso que la ETI funcionara como en épocas pasadas. Hoy la institución tiene que adaptarse a la nueva tecnología para la capacitación de los nuevos profesionales en electrónica, electricidad, mecánica automotriz, mecánica de mantenimiento, máquinas y herramientas, química y construcción civil, que se impone en todas las ramas de la técnica con la poderosa ayuda de teorías, conceptos y conocimientos por la vía de internet.

Muchos de quienes están dentro de la institución consideran que es necesario acondicionar los espacios físicos, todos los ambientes y adaptarlos a las nuevas tecnologías, dando uso a lo que ya existe para adquirir mejor las destrezas y habilidades de los alumnos.

Es el reclamo para el resurgir de la ETI.

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