El cierre de la frontera comercial entre el estado Táchira y Norte de Santander ha significado un verdadero desafío, no solo para la población que se ve obligada a arriesgarse y cruzar por pasos ilegales, también para empresarios, gremios y comerciantes, quienes enfrentan el reto de mantenerse en pie, continuar remando y no desmayar ante una medida de gobierno que mantiene paralizadas las operaciones entre ambas regiones.
Rosalinda Hernández
Carolina Moros, la representante legal de Cosmogreen, una empresa calificada como usuario industrial de la Zona Franca de Cúcuta, explicó al diario La Nación “el viacrucis” que representa para la organización realizar una exportación desde Colombia hacia Venezuela.
El recorrido terrestre que se debe hacer desde la capital de Norte de Santander hasta La Guajira y luego cruzar a territorio venezolano, se convierte en una operación que incrementa considerablemente los costos de cualquier exportación, aumentando el valor del producto para el consumidor final.
El trayecto se inicia de Cúcuta a Bogotá, luego va a La Guajira, desde allí se hace el trasbordo para el recorrido por territorio venezolano a través de las empresas que cumplen el servicio de aduanas en esa zona, detalló Moros.
“Este recorrido significa atravesar completamente Colombia. Es un camino que se ubica en costos entre los 12 millones de pesos o 4.000 dólares, e incluye la contratación de un transporte hasta Guasdualito”.
La situación de cierre de frontera está generando un problema al consumidor final, que es quien debe pagar el incremento en los costos de las mercancías. Un producto que puede costar a un usuario en frontera 5.000 pesos, con este recorrido termina pagando el doble (10.000 pesos) o quizás un poco más. Mientras más largo es el destino de la mercancía, se incrementan más los costos, explicó Carolina Moros.
Días en kilómetros
Transportar cargas de Norte de Santander a Venezuela no solo aumenta los costos económicos, también en tiempo y trámites. En el caso de la carga que viaja a Guasdualito, por ejemplo, puede demorar entre cuatro a cinco días como mínimo para llegar al destino final, teniendo en cuenta las paradas, los controles y el trasbordo.
“En Paraguachón la situación es exigente porque es allí donde se hace el chequeo de aduana y de eso depende el paso que se le otorgue al transporte para llegar al destino final. Hemos tenido la experiencia de un proceso que debería durar cinco días como máximo, se extendió hasta 10 días, debido a situaciones alternas que se escapaban de nuestro control”.
Entre mayor es la distancia o el recorrido de la mercancía, mayores son los inconvenientes que se presentan, dijo la representante legal de Cosmogreen.
La diferencia de sacar una exportación desde Cúcuta, directamente por San Antonio del Táchira a Guasdualito, es considerable. Está ultima se estaría haciendo en ocho horas, máximo un día, mientras que en la ruta actual son cuatro a cinco días.
El recorrido en kilómetros de la mercancía, saliendo desde Cúcuta a Bogotá, es de 554.6 km, que puede realizarse en un tiempo estimado de 12 horas con 16 minutos. Luego, para viajar desde Bogotá a La Guajira, se emplean 1023.3 kilómetros, en aproximadamente 17 horas, y finalmente, el trayecto desde La Guajira a Guasdualito se recorre en 815.8 kilómetros, representados en 13 horas con 49 minutos.
El trayecto total se estaría cumpliendo en 43 horas de carretera y 2.393.7 kilómetros de recorrido. Mientras que con la frontera de Táchira y Norte de Santander activa, el mismo recorrido (Cúcuta- Guasdualito) se estaría cumpliendo en un término de cuatro horas con 48 minutos, 264.6 kilómetros, a través de la carretera por Troncal 5, de acuerdo a los cálculos realizados por este medio de comunicación.
En caída libre
El cierre de la frontera comercial ha traído consecuencias económicas considerables, no solo para el comercio de los municipios fronterizos venezolanos, que prácticamente ha desaparecido; la ciudad colombiana de Cúcuta se ha visto seriamente afectada y sus diversos sectores comerciales registran pérdidas.
El presidente de Asocambios y representante del Comité Intergremial, Carlos Luna, precisó que desde el año 2020, la afectación en los diversos sectores económicos de Cúcuta ha sido evidente. Solo en el sector cambiario y de remesas se registró una caída del 80 % de las actividades.
“Ahora que la frontera está dolarizada, la actividad se ha visto reducida; además, porque la gente tiene temor de pasar por las trochas, eso afecta también, no solo al sector cambiario sino al comercial”.
Cúcuta representaba una ciudad receptora para quienes iban y venían desde Venezuela, por lo que la ocupación hotelera era significativa y se mantenía activa, pero ahora es otro de los sectores golpeados con la reducción de compra de tiquetes aéreos y reserva en hoteles, apuntó Luna.
Las empresas prestadoras de servicios, como restaurantes y supermercados, han visto afectados sus intereses, sobre todo estos últimos, quienes se beneficiaban de la venta de alimentos y productos que eran comprados y llevados por los venezolanos a su país a través de los puentes internacionales.
“La afectación es general para todos los sectores económicos y es innegable que abrir la frontera de manera legal significa la reactivación económica del Norte de Santander y un mejor posicionamiento de los productos colombianos que llegan a Venezuela, y entrarían a precios más económicos y de manera legal”.
Pérdidas en millones
Una disminución del 81.05 % en las exportaciones a Venezuela se evidenció entre enero y febrero de 2019, luego del cierre, dijo Sandra Guzmán, representante de la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Internacional (Fitac).
En enero se exportaban de Colombia a Venezuela 16 millones de dólares y el mes siguiente (febrero), apenas se alcanzó a 2 millones 900 mil dólares.
El cierre de la frontera obligó a los exportadores a tomar otro rumbo en las exportaciones y buscaron la vía de la frontera de Paraguachón para sacarlas, que permanece abierta. Por este camino las exportaciones desde Colombia a Venezuela representan un valor de 92 millones de dólares, mientras que de Venezuela a Colombia representan 10 millones 138 mil dólares.
La representante de Fitac dijo no entender la desigualdad que se aplica a los gremios y empresarios de esta zona geográfica, se cuestiona por qué en La Guajira si se puede trabajar, tener un horario solar, movimiento de operaciones y en Norte de Santander, que está más cerca de Venezuela, ¿no podemos ser exportadores?