Regional

Medicina naturista, una opción

3 de octubre de 2020

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Aunque siempre ha contado con sus adeptos, la medicina naturista, en medio de una crisis económica y una carestía farmacológica, ha experimentado un aumento de su clientela.

Mientras un ansiolítico, por ejemplo, de conseguirse en las farmacias venezolanas, puede rondar los 15 dólares en su presentación de 30 pastillas, un remedio naturista para el mismo mal, contentivo de 50 grageas, ronda los 6 dólares.


Por Freddy Omar Durán

Julio César Chacón ya lleva 15 años dedicado a vender medicamentos naturistas, con sus correspondientes permisos sanitarios.

—Si ustedes se ponen a ver, las primeras medicinas se hacían a base de hierbas. De la medicina naturista nació la medicina química que conocemos.

Para Julio César Chacón, la medicina original es la medicina natural, porque de ella es que nacen todos los componentes químicos para elaborar la medicina química.

Para Julio César Chacón, lo más satisfactorio es certificar que sus productos traen beneficios, sin efectos colaterales. (Foto Freddy Omar Durán)

“La medicina natural es efectiva; la medicina química también lo es; pero en estos tiempos no nos aguanta el bolsillo para ir a una farmacia. La medicina alternativa es mucho más económica, y da un beneficio a largo plazo”, asegura.

Su existencia no se ha visto tan afectada, precisamente porque gran parte de los laboratorios que la proveen operan en Venezuela: esta es otra diferencia con respecto a la medicina química.

—En estos tiempos –afirma Chacón– no es que vengan en gran número los compradores, pero sí graneados y de manera constante, así como recomendados por quienes dan crédito del éxito de la medicina alternativa. Esto para mí es ante todo un servicio, me gusta ayudar al prójimo y dar algo que sea realmente efectivo.

Lo natural es mejor

Independiente de que se le considere nacida en paralelo a la medicina tradicional, para unos, y anterior y génesis de aquella para otros, lo cierto es que el naturismo representa el socorro para muchas personas sin posibilidades reales de costearse medicamentos inalcanzables para muchos bolsillos.

Dentro de este mundo de la salud hay puestos de ventas dedicados a las yerbas, mientras otros se dedican a vender preparados especiales, ya sean encapsulados o en jarabe, con su correspondiente marca y registro sanitario, en locales de reconocida trayectoria.

Además, están no solo los dedicados a la oferta de este tipo de productos, pues existen igualmente aquellas unidades de tratamientos alternativos que, en la gran mayoría de los casos, conllevan prácticas no intrusivas en el cuerpo humano.

Incluso las farmacias mismas ofrecen su línea naturista, bajo aprobación de las autoridades nacionales en salud.

No importa lo avanzada que esté la medicina, siempre hay un mercado fiel a estos productos, a los que se recurre no solo cuando la enfermedad hace su aparición, sino de manera preventiva. En este sentido, el covid-19 ha volcado a una clientela importante a estos negocios, en pos de una mayor fortaleza del sistema respiratorio e inmunológico.

Mientras que con un salario mínimo integral no se paga ni una caja de pastillas para el dolor de cabeza, sí es posible comprar con esa cantidad algunos manojos de plantas curativas.

De otro lado, la dificultad para la importación de algunas fórmulas en el país incide en el hecho de que, aunque se quiera recurrir a la farmacéutica de laboratorio, no son pocas las que escasean e incluso eso ha llevado a los galenos a plantear opciones naturistas.

También está el caso de quienes, aun siguiendo a rigurosidad la prescripción facultativa, la complementan, sin considerar que de esta manera pongan en riesgo su integridad.

De hecho, algunos profesionales de la salud se han especializado en esa área, dentro de una vasta gama de conocimientos, muchos de ellos con altas credenciales científicas, con el propósito, verbigracia, de saber dar las instrucciones precisas para que los pacientes acudan a estos establecimientos.

Yerbas para todo

La medicina naturista es un acto de fe, y una milenaria ciencia que ha dado resultados avalados por el saber académico.

Élida Hevia, acompañaba su negocio de verduras en el mercado La Ermita con el de las yerbas curativas, siendo en este sentido poseedora de un conocimiento transmitido a través de cuatro generaciones. Sin embargo, estas últimas han cobrado gran importancia en su pequeño local, desbordado por la abundancia de estas especies vegetales.

Aunque por supuesto la cuarentena y la crisis económica han traído una merma de la clientela, las mismas razones empujan a su puesto a gente que busca salud al alcance de sus presupuestos

—Sinceramente, está tan costosa la medicina de farmacia –afirma Hevia– que cada día acude muchísima más gente a nosotros. Es impresionante, las abuelitas, que ni conocen en sus cuentas bancarias o sus carteras las cifras inmensas que les dicen en una farmacia, piden una manzanilla para el dolor de estómago, o una yerbabuena. Y con esto del covid-19, el malojillo –conocido como limonaria- se ha solicitado mucho: el que lo tenía como monte en la casa, ahora lo cuida mucho, le echa abono. También para eso se usa mucho la yerbabuena, el jengibre, las hojas de limón y de guayaba, combinados con el  diente de león, de manera tal que se suban las defensas, se obtengan efectos antibióticos, se purifique el organismo y se desinflamen los órganos.

Hevia no solo se limita a vender las yerbas; su experiencia de años le permite dar consejos, de ser requeridos, y elaborar algunas preparaciones especiales

—Yo siempre les digo que, sea lo que usted se lleve de yerbas, albahaca, menta, etc., se lo tiene que tomar caliente para contrarrestar la enfermedad. El nogal llanero es una yerba muy buena para las personas que sufren de azúcar, pues todo lo que es amargo sirve para eso; pero hay que saberlo tomar. Un tratamiento de insulina para muchos resulta imposible. Gente que llega aquí con la glucosa a 430, a punta de yerbas llegan a 120. Un tratamiento para los riñones son como cinco pastillas, y aquí te llevas tres yerbas para ayudarte a expulsar los cálculos. A la gente que le están haciendo quimioterapia le pueden servir la espinaca y el cuerno de vaca. Para la circulación no puede faltar la zarzaparrilla: para eso en las farmacias está el daflon, que es costosísimo y no se consigue; en cambio, un pedazo de zarzaparrilla, a mil pesos, te alcanza para cinco días.

—No solo es satisfactorio porque tienes un ingreso para tu hogar, pues de aquí ha salido lo que tenemos y hemos podido dar a nuestra familia, sino porque lo que has recomendado sirve. La gente se puede llevar un manojo de yerbas por mil pesos, y si no tienen esa plata se les vende menos, ya que ahora todos nos tenemos que ajustar a todos.

Sobre los testimonios de la efectividad del naturismo, muchos pasan por su mente:

—Tengo un caso de una niña con leucemia, ella se la pasaba internada en el hospital y no podía ni caminar, desde que tenía 2 años. A los 4 años la niña agarró fuerzas con el tratamiento que le dimos, y se levantó. Nos ocurrió de manera similar con una niña de 12 años que no podía salir de su casa porque tenía las defensas muy bajas.

Con su negocio también dan apoyo a la producción local, pero admite que el problema de la gasolina le ha complicado su inventario, e influye en el costo de la mercancía.

—Nosotros no es que sembramos -aclara Hevia-, las compramos a proveedores del estado. Nosotros nos vamos hasta Cordero por la menta y yerbabuena; pero a veces no hay gasolina para comprar todas esas cosas. Eso también nos perjudica a nosotros. A veces te paran y te preguntan por lo que llevas. Esos abuelitos del páramo que te vendían ya no van a venir a ofrecerte algo, tienes que ir a buscarlos.

“Yo recurro a las yerbas”

“Yo recurro a las yerbas; desde hace tiempo las abuelas las han venido utilizando en casa para subir las defensas, o para los pulmones, utilizando eucalipto. Hoy en día, con esta pandemia, nos tenemos que ayudar con cosas naturales. Vengo utilizando el jengibre con limón caliente, que es más accesible que, por ejemplo, los antibióticos, bastante costosos”: María Sanguino.

“Me sale más barato”

“Mi esposa a veces presenta problemas para dormir y sufre de los nervios. No solo me sale más barato un calmante natural, que comprarle un psicofármaco que puede tener efectos contraproducentes, y además se te exige un récipe especial que te manda el doctor, para lo cual debes pagar a veces consultas muy caras. Un frasquito de pastillas naturistas me puede costar 20 mil pesos, mientras que un tratamiento similar en una farmacia te puede salir en 80 mil pesos o más”.

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