El Museo del Táchira, de la Dirección de Cultura del estado (DCET), impulsó el rescate y acondicionamiento de un grabado rupestre de petroglifos ubicado en las adyacencias del mercado Municipal de San Juan de Colón, conocido como “Piedra de la familia Martínez”, el cual se encontraba en riesgo de deterioro, debido a la maleza y escombros que cubrían el área arqueológica.
Las labores de desenterramiento del grabado rupestre, de acuerdo con una nota de prensa, se iniciaron el pasado jueves, 17 de febrero, con la participación de estudiantes del diplomado de Arte Rupestre del Museo del Táchira, y la Comisión de Cultura del municipio Ayacucho.
“Se realizó un trabajo preventivo, y que debe ser conservado, con la finalidad de dar visibilidad al mismo, para mostrar a las personas e instituciones el testimonio de las importantes civilizaciones que habitaron en este territorio”, informó Anderson Jaimes, coordinador de Conservación y Rescate del Patrimonio Cultural del Museo del Táchira.
“Se trata de una piedra antigua de construcción punteada, donde se observa la repetición de 4 figuras antropomorfas (2 hombres y 2 mujeres), rodeada de unas huellas de felinos, espirales, caras redondas y cuadradas, que forman un proceso importante de que podría tratarse de un mito cosmogónico o narración de los pueblos originarios, que se repite constantemente en estos espacios que eran sagrados para ellos”, resaltó el antropólogo.
Agregó que en el lugar existían otros petroglifos que fueron destruidos sistemáticamente por el proceso de urbanismo descontrolado, al igual que cinco monolitos que formaban un círculo, una especie de espacio sagrado, destruido en la década de los 80.
Explicó que el objetivo de la puesta en escena de este petroglifo es, primero, incentivar a las comunidades para preservar y conservar los petroglifos que se encuentran en todo el territorio del estado Táchira, y segundo, “como una medida para que las autoridades municipales comiencen a aplicar las declaratorias patrimoniales de estos petroglifos, con base en una ordenanza sobre patrimonio cultural que fue recientemente aprobada”.
“Al visibilizar este petroglifo, se espera que las autoridades de la jurisdicción apliquen las normativas para la conservación del mismo a través de la declaratoria patrimonial, y las personas conozcan y se sientan comprometidas con el arte prehistórico”, dijo Jaimes, quien dirigió la jornada, la cual contó con el permiso formal ante los representantes del Concejo Municipal, para que el petroglifo sea incorporado al patrimonio cultural del municipio Ayacucho.
“Es importante dar el uso adecuado al terreno donde está ubicado el petroglifo, y tratar que este espacio tenga una vocación comunitaria, en el sentido de que el petroglifo quede en un sitio dedicado a la colectividad; puede ser un parque o una plaza, donde las personas se acerquen, observen y tomen las medidas necesarias para que no se deteriore por alguna circunstancia o por mala praxis en el uso del terreno”, apuntó el investigador del ente museístico.