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20 de mayo de 2024
Freddy Omar Durán
Nuevamente el Ateneo del Táchira abrió el jueves en la tarde las puertas a la poesía y sus labriegos, en este caso, Mariahe Thais Alviarez Novoa, quien hizo de su poemario Salterio de Amor, una reivindicación de la creación literaria, como la luz que surge en medio de la desesperación.
El maestro de ceremonia de una sencilla presentación, que convocó a los más cercanos a la escritora, y aquellos que hacen seguimiento al hecho literario en la región, fue el poeta Freddy Araque, quien destacó el lento añejamiento de un texto sin los afanes de publicarse.
–Hablar de Salterio de Amor no es fácil, pues es esa poesía que tiene la impronta de San Juan de la Cruz, con ingredientes del cristianismo puro y verdadero no es fácil. Es una obra que va por una búsqueda espiritual que muy pocos poetas logran. Había un poeta merideño que vivía en San Pedro del Río, Elio Jerez Valero, que escribía sonetos muy devocionales, quien iba por esa misma vía—anotó Araque.
Al salterio se le llama una compilación de los salmos adaptados a la interpretación musical. En efecto en su mayoría, los poemas surgen de lecturas del más poético libro de la Biblia, en pos de establecer una comunicación con un ser superior, con múltiples posibilidades, ya se la interpelación, la petitoria, la gratitud y la demanda, en los momentos más inciertos. De alguna manera Salterio de Amor parte de un diálogo con el Libro de Los Salmos.
Aunque Salterio Amor es su primer poemario, ya la andadura de su pluma ha sido de largo aliento con obras como La Historia Local de Loma de Pio; un manual para construir huertos ecológicos distribuido a varias instituciones públicas venezolanas; el audiolibro “Viaje en Azul” con canciones, cuentos y poesía infantiles, y ganó un premio nacional con su cuento “Mágica María”, inspirado por su madre.
A diferencia de los otros libros que nacen como apoyo a su labor de investigadora y docente, Salterio de Amor nació en un momento crítico dentro de la vida de la escritora con la perdida de dos seres queridos.
–Yo pasé por unos momentos muy difíciles y un amigo mío me decía ¡escribe Thais, escribe, saca todo eso que tienes dentro! Para alimentar mi escritura leía libros de aquí y de allá, y realmente ninguno me satisfacía, y entonces yo dije: “no, voy a empezar a leer una cosa, y empecé a leer la Biblia”. Era un trabajo interior muy mio, yo escribía lo que me provocaba, y al mismo tiempo pasaba por varios libros de La Biblia, que no me llenaban hasta que llegué a Los Salmos—expuso Novoa.
Desde su poesía actualiza Los Salmos a esta época, alrededor de 150 para esta antología, divida en partes cada una de las cuales implica la nostalgia, la plegaria y el agradecimiento. Si bien pendientes por publicar ha tenido varias obras, un viaje a Chile se encuentra con el ingeniero Leonel Omaña, quien se comprometió en el diseño de la obra y su posterior oferta a través de Amazon. También fue valiosa la colaboración del académico de la ULA Arturo Linares, autoridad venezolana en lo que a la puntuación gramatical se refiere.
Un evento con un público en permanente interactuación con la poetisa y que pudo intervenir leyendo piezas de Solterio de Amor, y pudo disfrutar de un intermezzo musical con el bambuco ecológico y el bolero “Cuando yo lo quiera” de letra de Novoa, e interpretadas por César Peñaloza y Carlos Figueredo, responsables de la musicalización de los mismos.
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