Reportajes y Especiales

Cada año los peregrinos vienen a agradecer favores a la Virgen

15 de agosto de 2021

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Humberto Contreras

“Nos ha dado larga vida”

Gonzalo Parra Chacón es oriundo de Táriba. De entrada nos dice: “creo en ella, porque soy católico, apostólico y romano”. Su devoción por la Virgen se la inculcaron desde niño en la familia, “y como soy taribero, creo en ella porque apareció en el río Torbes”.

— ¿Conoce a alguien a quien le haya hecho un milagro?

— La Virgen ha ayudado en la salud, y creo en ella porque ha hecho muchos milagros, para beneficiar al municipio y a todo el estado Táchira.

— ¿A usted en lo personal?

— Ya es importante que nos haya dado buena salud a la familia, a mis padres, que ya murieron, muy católicos; una hermana, que murió hace 15 días, y otra que falleció recién, por lo que estamos pasando ese dolor; pero gracias a la Virgen de la Consolación, yo creo que están en el cielo. Mi padre murió de 92 años, mi mamá de 89, una de mis hermanas de 87 años, y la última murió de 67. Yo tengo 83 años y espero tener más años con mucha salud, gracias a la Virgencita.

Le recuperó su carro robado

Luis Antonio Romero, nacido en Cárdenas, dice que desde niño aprendió a querer a la Virgen, “porque mis padres me dieron esa vocación. Todos los años vengo a visitarla porque se ha portado muy bien conmigo. Un ejemplo: Hace doce años, este carro, de mi propiedad, me fue robado. Yo le pedí mucho a la Virgen que me ayudara a recuperarlo, le hice una promesa de corazón, y lo recuperé a los 22 días.

–– ¿Cómo ve usted la celebración este año?

— Pues yo sí creo que vendrá gente, porque todos tienen mucha fe, mucha esperanza, y más en estos tiempos de pandemia. Todos le pedimos que nos ayude a salir de esto. La gente le pide mucho, primero por los venezolanos que se van de este país. Mucha gente le pide que Venezuela vuelva a ser la de antes, que regrese la juventud, los hijos que se han ido. Yo, en mi caso, tengo dos hijos en Chile, que ya tienen tres años por allá y yo deseo volverlos a ver; siempre he tenido esa fe y esa esperanza de tenerlos de nuevo, y es lo que muchos padres le pedimos a la Virgen.

— ¿Alguna otra petición especial para la Consolación?

—Sí, por supuesto, que me dé fortaleza, y mucha salud, primero que todo.

III

La devoción se multiplica cada día

–¿Mucha devoción de usted por la Virgen?

—¡Uuuu!, exclama Heberto Miranda, nativo de Táriba, con un gesto típico. Bueno, prácticamente desde que tuve uso de razón, soy devoto. Por parte de mi familia, especialmente de mi tío José Luis Medina, quien fue organista de la Basílica. Él murió a los 103 años. Cuando él se enfermaba, yo lo suplía, porque también toco órgano y teclado. Mi tío también fue secretario de la parroquia, con el padre Manuel Figueroa.

Con respecto a la devoción a la Virgen, dice Miranda que es notorio que aquí el pueblo es muy receptivo, aunque en estos últimos tiempos, con la pandemia, se ha reducido mucho eso, pero no la devoción, sino la manifestación masiva de la misma, porque la devoción cada día se multiplica más. Eso lo ve uno, lo siente.

—¿La Virgen le ha hecho algún favor?

— Pues sí, claro que sí. Cada vez que uno necesita su ayuda, uno le pide y ella nos atiende. Generalmente, le pedimos en cuestiones de salud y en asuntos económicos, y ella siempre ayuda. Yo todavía vengo a rezarle, todos los días. Le pido por nosotros y por toda la familia.

Rosario todos los días.

Entramos a la sede de la Alcaldía. No estaban atendiendo público por efectos de la semana radical. Pero algunos empleados estaban adentro. Preguntamos en voz alta: ¿Quién es devoto de la Virgen aquí? ¡Todos!, dijeron.

María Teresa Molina nos señaló que trabaja en la alcaldía, vive en Táriba desde hace 20 años, pero su familia toda es taribera. Mi devoción por la Virgen, explica, viene porque mi familia es de tradición católica, y mi familia me “heredó” esa devoción.

—En mi casa somos de rosario diario, porque creemos en eso de que “Donde se reza el rosario, nunca falta lo necesario”. Por eso, invito a las personas a que, por internet, se puede seguir el rosario, muy bonito, con canciones, con meditación, para que se sumen, porque esa es el ancla de salvación. A través de la madre de Dios, llegamos al cielo y a Jesús.

— ¿Cómo se ha portado la Virgen contigo?

— Ella es nuestra madre. Nunca nos desampara. Por eso está la oración que dice: “A tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te hacemos de nuestras necesidades, y líbranos de todos los peligros”.

— ¿Qué esperas de la festividad de la Virgen?

—En esta oportunidad, con la pandemia y demás dificultades, yo digo que más que festividades, debemos tenerla en nuestro corazón, y venerarla, porque ella es intercesora ante Nuestro Señor.

—-¿Sabes de algún milagro?

—-Hemos sabido de muchos casos, porque aquí a Táriba llega mucha gente para agradecerle. En los tiempos anteriores, venía gente de todas partes de Venezuela, y de afuera, ahora con pandemia, pues vienen personas de sitios más cercanos. Perom de todas maneras, ella siempre está allí para todos nosotros.

Es más, agrega, la festividad interior es la fe que podamos tener, porque las festividades exteriores en estos tiempos, es bueno evitarlas, para evitar el contagio por las aglomeraciones, y la Virgen entiende que esa es la realidad. Aquí ha habido testimonios de personas que han tenido enfermedades graves, han entrado de rodillas, desde la puerta de la iglesia hasta el altar, para agradecer el milagro de su sanación. Entoncesm yo digo que la Virgen de la Consolación está siempre aquí en la Basílica, y que en cualquier momento pueden visitarla. Siempre está ahí, con los brazos abiertos para recibirlos.

“Me ayudó a conseguir empleo”

La licenciada Ninoska Chacón, quien trabaja en Atención al Ciudadano en la alcaldía, dice que es devota de la Virgen. Todo el mundo le pide ayuda a la Virgen, y la gente viene de otros pueblos a pagarle sus promesas, a visitarla. Mi devoción por ella, como muchos de aquí, viene desde la infancia, de mi familia, que es muy devota.

—¿Te ha concedido algún favor?

—Sí. Me dio mi empleo. Le pedí que me ayudara a conseguir, y me escuchó.

Un mensaje para los jóvenes

Yirlader Paola Pérez Mora, es una joven devota de la Virgen desde hace muchos años. La ubicamos saliendo de la Basílica. Todo empezó para mí, nos explica, desde muy pequeña, cuando con mi familia salíamos a caminar en las procesiones. Lo que pasa es que muchas veces, uno nunca acude a Dios, y lo busca cuando lo necesita. Eso es algo fuerte, y he aprendido que es algo que uno nunca debería hacer como ser humano, como hijo de Dios. Porque Dios siempre está con nosotros y nos cuida.

—Y en este caso, en mi caso, actualmente, pues yo siempre venía a misa todos los domingos, yo he sido muy, muy devota, y siempre quise estar con ella, venir, pero de un tiempo para acá yo lo dejé de hacer, y ahora estoy convencida de que en realidad fue un error, pues uno siempre acude a Dios cuando lo necesita; la mayoría de personas así lo hacen, y no debería ser así. Nosotros tenemos que estar siempre con ella.

— ¿Qué te hizo cambiar?

—Muchas cosas. Ahorita realmente estoy pasando por un momento muy difícil de mi vida que realmente nunca imaginé, y todo eso me hizo caer en cuenta de que estaba como en un vacío, y volver otra vez a caer, y preguntarme por qué me alejé de ella, y por qué, cuando todo me estaba saliendo tan bien, nunca estuve acá. Entonces, lamentablemente, parece que uno tiene que pasar lo malo, para poder estar luego en lo bueno,

–¿Ahora le estás pidiendo ayuda a la Virgen?

— Sí, porque yo soy una persona como se dice, relativamente joven, y a veces uno no sabe cómo manejar las situaciones. Así que por eso hoy estoy acá, estuve en la iglesia, y le pedí mucho que me ayude en lo que me está pasando.

— ¿Sientes que la Virgen ya te da señales de ayuda?

—Sí. Siempre lo ha hecho. De una manera u otra, yo siento que siempre lo ha hecho. Siempre ha estado ahí. Simplemente que, a veces, uno no ve eso. Pero siempre me ha ayudado, desde cuando venía a caminar con ella acá, siempre todo me ha salido bien.

—¿Qué les dices tú a tus compañeros de generación, a los jóvenes?

—Bueno, a las personas de mi edad les recomiendo que busquen a Dios cuando no lo necesiten, cuando estén bien, para darle gracias por estar bien, precisamente. Porque a pesar de las dificultades, siempre nos está cuidando. Hay que ser devotos, en verdad, porque eso nos ayuda mucho en nuestra vida cotidiana, con las demás personas, a ser más humanos, más humildes. Eso es lo que yo realmente puedo decirles.