Reportajes y Especiales

Faltan cinco pa las doce, un clásico de fin de año

31 de diciembre de 2021

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Armando Hernández


La canción “Cinco pa las doce” fue grabada en acetato en el año 1963, hace 58 años, en voz del actor y cantante falconiano Néstor Zavarce, quien supo imprimir al tema un sentimiento que fue recibido con simparía y solidaridad por un público que no solo se identificó con ese sentir, sino que acudió a las casas disqueras a comprar la grabación, logrando que en pocos días, el cantante impusiera un impresionante record de venta, puesto que millares de  personas llevaron el disco a sus casas por ser la novedad musical del momento. Fueron las emisoras de radio, al colocar el tema de manera repetitiva durante su programación regular, las que dieron el gran impulso para convertirlo en éxito discográfico, que por esta vía llegó hasta los más alejados rincones de nuestro país, despertando un sentido de pertenencia, porque con el transcurrir del tiempo, la canción compuesta por Oswaldo Oropeza, se convirtió en propiedad del pueblo, que todos los años, por esta época, la escucha, canta y tararea. El éxito discográfico del año 1963 es ahora una joya musical que forma parte de acervo cultural de nuestro país.

La gente se identifica con el personaje que pide perdón a la concurrencia para marcharse de la fiesta, puesto que el repique de campanas le recuerda que faltan cinco pa las doce, y el año va a terminar. Debe marcharse porque en su casa: Hay alguien que jamás podrá olvidar: Una linda viejecita que le espera, en las noches de una eterna Navidad.  Es una letra sencilla, de situación cotidiana, de un hijo que va a encontrarse con su mamá para darle el tradicional abrazo y recibir e nuevo año.  La melodía caló en el sentir de un pueblo, que la tiene entre sus canciones favoritas para la despedida de “un año que va”.

 

Néstor Zavarce, el cantante

 

Nacido el 9 de abril de 1936, en la península de Paraguaná, estado Falcón, Néstor Jesús Zavarce Sierralta, inició su carrera artística a los 13 años, en Caracas. Corría 1950 cuando por casualidad se enteró que la empresa cinematografía Bolívar Films, se disponía filmar una película que llevaría por nombre “La Balandra Isabel llegó esta tarde”, y necesitan personal para actuar en calidad de extra. Por iniciativa propia se presenta a la audición, en momentos que los directores estaban buscando un chico más o menos de esa edad, para uno de los papeles principales.

Logró el papel y para bien, su vida cambió a partir de ese instante. La película lo convierte en una estrella y lo da a conocer mundialmente. Por su desempeño escénico y la fuerza que imprimió a su personaje, lo consideran como en el niño prodigio del cine venezolano. Su carrera cinematográfica se dispara y es contratado para actuar al lado de estrellas como Arturo de Córdoba, Virginia Luque, Susana Guizar, Juana Sujo, Tomas Henríquez y otros destacados artistas de la cinematografía nacional e internacional. En menos de dos años participa en cuatro películas y se muda a Argentina por razones de trabajo.

Regresa a Venezuela en 1952 para asistir al inicio de la televisión de nuestro país. Tras obtener una beca del gobierno nacional, viaja a Chile y Argentina, para cursar estudios universitarios de artes escénicas en la Universidad de Chile y el Conservatorio Nacional de Arte Dramático. En 1959, ilusionado, va a México en busca de oportunidades, pero las puertas del gran cine azteca se le cierran, y a duras penas logra un papel de mediana importancia, en la radionovela Doña Bárbara, que transmite la Emisora Radial Mexicana XEW.

Zavarce siente el golpe. Ingresar al gran cine de la época no resultaba cosa fácil y menos para un extranjero. Lo acababa de comprobar en carne propia. Decepcionado regresa a nuestro país, y un día, mientras cantaba con un grupo de amigos, fue descubierto, casualmente, por el músico y compositor venezolano Oswaldo Oropeza, quien lo incentivó para emprender una carrera como vocalista.

Hace su debut como cantante en la planta Televisa, donde sale a escena con una máscara que le cubre totalmente el rostro. Lo llaman “El cantante incognito”.

Su primer gran éxito como interprete le llega con la canción paraguaya “El Pájaro Chogüí” en el año 1960, de la cual logra vender más de un millón de discos a nivel mundial, y lo convierte en ídolo. Fue contratado por Radio Caracas Televisión que lo asigna a los más importantes programas de variedades, como atracción principal.

Durante su carrera llegó a grabar más de 300 canciones, algunas de ellas con relativo éxito, pero no fue sino hasta 1963, cuando irrumpe con la canción “Faltan cinco pa’ las doce”, del compositor Oswaldo Oropeza, un clásico navideño y de fin de año que lo lleva a su consagración.

Ya no es más el cantante enmascarado. Este espectacular éxito le da un segundo auge y retorna al cine donde hace varias películas. Venevisión lo atrae con un programa propio. Vuelve como actor a las telenovelas y participa en Lucecita (1967), Sor Alegría (1967), Soledad (1969), María Teresa (1972), Peregrina (1973) y Una muchacha llamada Milagros (1974). Se convierte en estrella cotizada en países como Colombia, Perú, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Puerto Rico y los Estados Unidos. Su última participación artística fue de animador de La Batalla de los Sexos, junto a Susana Duijm, programa transmitido por Venevisión en 1980.

Desde 1974, Néstor Zavarce estaba prácticamente retirado. Cambió los escenarios por la política y resulta electo para dos periodos como diputado al Congreso Nacional por el partido Acción Democrática. En el año 2010, decide escribir sus memorias en un libro que llevaría por título “Néstor Zavarce, Cuando la Vida Pasa”. No logró concluirlo debido a un infarto fulminante que acaba con su vida el 27 de agosto de 2010.

 

 Faltan cinco pa las doce

La canción fue compuesta por Oswaldo Oropeza a comienzo de los años sesenta. Se trataba de un pasaje llanero que había pensado grabar en la voz de su amigo Zavarce, a quien se lo entrega sin mayores recomendaciones, para ser revisado.

El mismo Zavarce dice que en el original de Cinco pa las doce, había una estrofa donde se decía que en los cerros tronaban los triquitraques y los cohetes, que cambiaba totalmente el sentido de la canción. Le recomendé a Oswaldo realizar los cambios: Este tema está muy bonito, pero por qué no corriges la letra que diga, en vez de: Te vas de la fiesta porque ya están sonando los cohetes de las doce de la noche; te vas corriendo a tu casa a abrazar a tu mamá, que es lo normal. Oswaldo lo pensó un momento, le gustó el cambio y le dijo: “tienes razón´”.  De inmediato hizo la modificación de la letra.

El intérprete recordaba que la canción fue grabada por primera vez para navidad de 1963, en un disco larga dirección que llevaba el nombre “El Gallo Pelón”, en referencia a una revista humorística de igual nombre, de circulación nacional, que tenía mucha aceptación en el público. La canción estaba ubicada en el surco número 6 del lado A. Al mismo tiempo fue grabado, con propósito promocional, un disco de 45 revoluciones por minuto, para ser distribuido a la prensa y las emisoras de radio de todo el país, para que empezaran a sonar el tema.

Algunas cosas curiosas, ocurridas al momento de la primera grabación han trascendido. El disco comienza con el sonido de las campanadas y al momento de iniciar la grabación, se dan cuenta que no contaban con un instrumento capaz de producir tal sonido. Oswaldo Oropeza, comienza a buscar algo y al percatarse que en el estudio contiguo estaban los instrumentos de la orquesta de Chucho Sanoja, se las arregla para ingresar, y sin obtener el permiso saca un xilófono con el cual hizo el sonido.

En la segunda grabación, el sonido de las campanas proviene de botellas de vidrio, medio llenas de agua. Por su calidad y pureza del sonido que simula ser campanas, es esta versión  la que se mantiene en las grabaciones, rematrizadas muchas veces. Es bueno saber que las campanas que se escuchan al inicio de la canción Cinco pa las doce, provienen de botellas medio llenas de agua y no de campanas reales, se explica luego.

Oswaldo Oropeza estaba seguro del éxito de su canción porque era algo diferente para la época. Una novedad. La referencia de algo cotidiano que logró identificación por parte de la familia venezolana. Para las navidades en Venezuela, antes de Cinco pa las doce, sonaban gaitas zulianas, aguinaldos y villancicos, temas muy buenos y de alta calidad, pero no había una canción de corte sentimental, que diera verdadero sentido a la relación familiar, la reunión con motivo del nuevo año y el abrazo fraternal con la madre, padres, hermanos, tíos y amigos, explicaba Néstor Zavarce.

Recordaba que la canción tuvo una gran difusión en países de habla hispana y se convirtió en gran éxito en centro y Sudamérica, y Estados Unidos. El público desconocía que se trataba de una canción venezolana.

 

Varios artistas grabaron la canción

Oswaldo Oropeza, el compositor, siempre estuvo orgulloso de su creación. Un pasaje llanero que inesperadamente superó las expectativas y se convirtió en una de las canciones, emblemática en de nuestro país. El tema pasó a formar parte del acervo musical de Venezuela, y logró gran difusión a nivel internacional.

Varios fueron los artistas internacionales que se encargaron de hacer sus propias versiones. Entre ellos se encuentra el cantante barranquillero Aní­bal Velásquez, conocido como “El Mago del Acordeón”, quien hizo una versión que se impuso por algún tiempo en nuestro país, y en Colombia sigue sonando durante la época de fin de año.

Velásquez siempre fue una arista muy popular en Venezuela y sus giras por territorio nacional eran frecuentes, debido a que su representante artístico, Guillermo Arenas, estaba muy vinculado a la orquesta Los Melódicos, de Renato Capriles. Arenas, empresario y organizador de espectáculos siempre trataba de incluirlo en las presentaciones de la orquesta venezolana.

El acordeonero dice que Oswaldo Oropeza, el autor de Faltan cinco pa’ las doce, llegó a buscarlo en el hotel donde estaba alojado y tras conversar sobre la canción, le entregó la partitura y le dijo: “Quiero que la escuches, acaba de salir al mercado. Aníbal Velásquez no se caracterizaba por ser cauto al momento de hablar. Comentó que esa música con arpas y el coro, era triste, pero tenía su sabor. ¡Está buena la vaina!, exclamó, añadiendo que la voz de Za­varce tenía un sonido como de ultratum­ba.

Explica que cuando regresó a Barranquilla, ya con ca­beza fría, escuchó varias veces la canción y concluyó que, con algunos arreglos, sin variar la letra, se podía efectuar una extraordina­ria versión.  Recuerda que por varios días trabajó en los arre­glos “hasta que le encontré la caída”. Se la llevé al turco Genaro Fayud, director artístico de Discos Tropical, donde fue grabado, y en menos de un mes, ya estaba en la calle sonando. Agrega que, Faltan cinco pa’ las doce, se convir­tió, en su voz en el himno del final de cada año, olvidándose de los aportes de Néstor Zavarce, cantante original, que logró imponer y popularizar la canción en Venezuela, hasta el punto, que es la versión en su voz, la que se escucha todos los años, por esta época en las radios, casas y los comercios a nivel nacional. Su canción despierta emoción y arranca lágrimas, trae sentimiento y recuerda a la familia.

Zavarce decía que Cinco pa’ las doce, sin ser un villancico propiamente dicho, reúne todos los elementos que identifican a la Navidad: Su letra refleja la fe en “las campanas de la iglesia están sonando”; la solidaridad está en “los abrazos se confunden sin cesar”, y el amor se expresa en “una linda viejecita que me espera en las noches de una eterna Navidad”. Es una canción sencilla, de gran mensaje y difícilmente habrá otra canción el mundo que resuma, en forma tan magistral, el espíritu navideño y de fin de año como Cinco pa’ las doce”.

 

 

CINCO PA LAS DOCE

Interprete: Néstor Zavarce

Autor: Oswaldo Oropeza

 

Las campanas de la iglesia están sonando
Anunciando que el año viejo se va
La alegría del año nuevo viene ya
Los abrazos se confunden sin cesar

Coro:

Las campanas de la iglesia están sonando
Anunciando que el año viejo se va
La alegría del año nuevo viene ya
Los abrazos se confunden sin cesar

 

Faltan cinco pa’ las 12:00, el año va a terminar
Me voy corriendo a mi casa abrazar a mi mama

Coro:

Faltan cinco pa’ las 12:00, el año va a terminar
Me voy corriendo a mi casa abrazar a mi mama

Me perdonan que me vaya de la fiesta
Pero hay alguien que jamás podré olvidar
Una linda viejecita que me espera
En las noches de una eterna navidad

Coro:

Me perdonan que me vaya de la fiesta
Pero hay alguien que jamás podré olvidar
Una linda viejecita que me espera
En las noches de una eterna navidad

Faltan cinco pa’ las 12:00, el año va a terminar
Me voy corriendo a mi casa abrazar a mi mama

Coro:

Faltan cinco pa’ las 12:00, el año va a terminar
Me voy corriendo a mi casa abrazar a mi mama

Las campanas de la iglesia están sonando
Anunciando que el año viejo se va
La alegría del año nuevo viene ya
Los abrazos se confunden sin cesar

Coro:

Las campanas de la iglesia están sonando
Anunciando que el año viejo se va
La alegría del año nuevo viene ya
Los abrazos se confunden sin cesar

Las campanas de la iglesia están sonando

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