Salud

George Antzoulatos: Oftalmólogo, de alma, vida y corazón

6 de marzo de 2024

803 vistas

El Dr. George Antzoulatos, ejemplo del ejercicio de la oftalmología.

Nancy Porras

Su pasión por la oftalmología comenzó a germinar siendo adolescente, cuando pasaba por distintas ópticas. George Antzoulatos observaba con detalle cada instrumento usado para mejorar el sentido de la vista. Se detenía y soñaba sobre cómo sería ese mundo y la satisfacción de poder ayudar a las personas con problemas de visión.

Sus ojos azules siempre han reflejado cuán sencilla es su alma y profundo amor por sus seres queridos y la medicina, pupilas que toman un brillo especial cuando recuerda las huellas dejadas en la oftalmología.

Siempre de punto en blanco y cuidadoso al hablar, así lo describe su familia, es un ejemplo a seguir por todos.

Años dorados

El doctor George Miguel Antzoulatos festeja 50 años de servicio como oftalmólogo, una vida que celebra con orgullo por tantas historias vividas a través de sus pacientes, quienes le guardan mucho respeto a pesar del paso de los años.

Nació en Maracaibo, estado Zulia. Su padre, ingeniero mecánico de barcos proveniente de Grecia, quien llegó a Venezuela por el Puerto de Maracaibo a causa de la II Guerra Mundial.

Tenía el doctor Antzoulatos 13 años cuando falleció su madre, Ernestina Bravo, en el estado Lara. Se quedó a vivir con su padre en Mérida; luego ingresó a la Universidad de Los Andes para cursar la carrera de Medicina, donde fue preparador de la Facultad de Medicina en Anatomía y Fisiología.

Amigo de la naturaleza

Pero no solo se desvive por la oftalmología, también por la naturaleza, de allí que colaboró con un programa radial donde abordaba temas como reforestación, entre otros, mientras estudiaba Medicina, graduándose el 1° de noviembre de 1968. Ese mismo año se casa con la doctora Lourdes Oquendo, abogada de la Universidad de Los Andes, con quien tiene a sus tres hijos: Beatriz, George Luis y George Miguel.

Siempre se inspira en el Juramento Hipocrático, que ha cumplido con amor y pasión, así lo expresa mientras dobla sus brazos y sonríe.

Una vida ejemplar

Su rostro cambia al recordar tantos tiempos vividos de la mano de sus tres hijos -hoy dos de ellos siguen sus pasos en la medicina, son oftalmólogos- y su esposa, fieles compañías.

Conoció al doctor Pedro Pablo Morales, jefe de Departamento de Oftalmología en el Hospital Central, quien lo animó a incursionar en la especialidad de oftalmología y le propuso estudiar en el Hospital Universitario de Caracas, propuesta que aceptó y se fue a la capital, regresando a San Cristóbal en 1973.

Inició el ejercicio de su especialidad en el Hospital Central, trabajo que compartió con la responsabilidad de ser docente titular en la Universidad de Los Andes y comenzó a luchar por la obtención del aval para abrir el postgrado de Oftalmología en el HC, meta que logró cristalizar.

Un ejemplo generacional

“Es un hombre muy querido, amable, en su seno familiar, pacientes, colegas y amigos” dijo su hija Beatriz, quien también es una enamorada del mundo de la oftalmología y disfruta al máximo de su compañía, no olvidando que es un padre ejemplar, que se preocupó porque conocieran cada punto geográfico de Venezuela durante su niñez.

Ha sido dedicado a la educación de sus hijos, sobrinos, y siete de sus nietos están iniciando el camino de la medicina.

Entendiendo la necesidad de todo médico de estar actualizado, cursó estudios de cirugía ocular avanzada en Nueva York, hizo una subespecialidad en cirugía de córnea en Florida, Estados Unidos, curso de facoemulsificación, en California.

Entre los años 1985 y 1989 estuvo en Rusia, donde hizo los cursos de cirugía refractiva y cirugía ocular con aloimplantes.

Pionero en cirugía de catarata

Es un médico innovador en cuanto a las aplicaciones de instrumental quirúrgico oftalmológico, convirtiéndose en uno de los pioneros de esta especialidad en Venezuela, siendo uno de los primeros que practicó cirugía de catarata en el país, con modernas técnicas.

También tiene importantes páginas escritas en la medicina privada, trabajo que siempre ha sido reconocido, incluso fue uno de los fundadores del primer equipo médico y científico en el Hospital de Clínicas Caracas y del Centro Clínico San Cristóbal.

Muchos pacientes lo reconocen en la calle, lo saludan, recuerdan y agradecen que los ayudó a preservar su visión, incluso con diagnósticos nada alentadores. Esas personas hoy agradecen y le piden a Dios mucha salud para el oftalmólogo de toda su vida: el doctor George Antzoulatos.