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27 de abril de 2024
EL DATO
La piscina ‘El Manantial’ permanecerá cerrada mientras se adelantan las investigaciones
Jonathan Maldonado
En menos de ocho días, se han registrado dos casos de muertes de menores por inmersión en el municipio fronterizo Pedro María Ureña. Una niña, de 8 años, perdió la vida en el pozo El Pringue el pasado 18 de junio, mientras este sábado 24, un niño de 11 años se ahogó en una piscina de Tienditas.
Los trágicos hechos, además del luto que ensombrece a las familias de los niños, encienden las alarmas en una jurisdicción donde en muchas ocasiones los ciudadanos acuden a piscinas, pozos, quebradas o ríos a departir con sus seres queridos y allegados.
La niña, identificada como D. Torres Cordero, se hallaba ese domingo con sus parientes en el pozo de la parroquia Nueva Arcadia, sector Aguas Calientes, cuando de repente fue sacada del lugar y trasladada de emergencia al Centro de Especialidades Médicas de Ureña (CEMU), donde ingresó sin signos vitales.
Siete días después, en la piscina El Manantial, en la calle San Julián de la parte baja de Tienditas, otro escolar, identificado como R. Lozada, fue hallado por la propietaria del establecimiento flotando en la piscina donde disfrutaba de la tarde soleada. La mujer, de nombre Yasmín Contreras, lo trasladó de inmediato al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Ureña, donde entró sin vida.
Ambos casos son investigados por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) con sede en la localidad, para determinar si hubo descuido o no por parte de los padres, o qué otros factores pudieron desencadenar estos sucesos.
Torres Cordero vivía en la urbanización Brisas de la Frontera, mientras Lozada era de la parte alta de Tienditas, en el sector de Bella Vista, según reporte de las autoridades consultadas por La Nación.
Inspección en piscina
Este domingo 25 de junio, en horas de la mañana, funcionarios de Protección Civil (PC) y Bomberos de Ureña acudieron a la piscina privada donde murió el niño. Allí realizaron la inspección ocular y conversaron con la propietaria.
La piscina mide 11.30 metros de largo y 5 metros de ancho, con una profundidad de 80 centímetros en el lado menos hondo, y 1.70 cm en el lado más profundo. El lugar para la recreación permanecerá cerrado mientras se adelantan las investigaciones de rigor.
A la 1:00 p.m., los funcionarios prosiguieron con una visita sorpresa en las demás piscinas privadas y balnearios activos en el municipio. Se acerca la época de vacaciones escolares y el uso de estos espacios va a ir en aumento. La idea es que se cumpla con las normativas de seguridad para que no se repitan hechos similares.
Recomendaciones
El director de PC Ureña, Henry Zabala, precisó al equipo reporteril de La Nación que la primera recomendación va dirigida a los padres de menores, quienes deben vigilar constantemente a sus hijos cuando estén en alguna piscina, pozo, río o quebrada. Enfatizó que no pueden permitir que asistan solos a estos puntos.
A los propietarios de piscinas en la jurisdicción, Zabala los invitó a cumplir con las normas de seguridad, hacerlas visibles en grandes letreros para que los usuarios las lean y las pongan en práctica. «Debe haber un piscinero, guardavidas y la debida demarcación del área de la piscina», recalcó.
Para Elio Salazar, comandante del Cuerpo de Bomberos de Ureña, es imprescindible que los dueños de estos establecimientos no permitan el ingreso de menores sin el respectivo acompañamiento de sus representantes o familiares.
Salazar señaló que la campaña informativa también estará dirigida a los balnearios naturales: pozos, ríos o quebradas, donde la afluencia también es nutrida y los representantes deben estar muy atentos a cada paso que den sus niños.
Trágica caída de joven en piscina
En la frontera, otro trágico caso se presentó en piscina del barrio Pinto Salinas, en San Antonio del Táchira, el pasado 18 de junio. Una joven, de 18 años, identificada como Yulieth Martínez Becerra, sufrió una caída, que le provocó traumatismo abdominal agudo.
Al parecer, la caída complicó una patología que padecía. Fue trasladada de emergencia por el Cuerpo de Bomberos del municipio Bolívar al hospital Samuel Darío Maldonado, donde falleció a los 15 minutos.
Se desconocen los detalles de cómo se originó el golpe que se propinó Martínez Becerra mientras departía en el establecimiento privado. La ciudadana residía en el sector de Cristo Rey, junto a su familia.
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