Sucesos

Dos sicarios motorizados matan a un venezolano que vendía gallinas

18 de octubre de 2021

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La víctima estaba sentada en la acera cuando fue atacada por dos motorizados que cubrían sus rostros con capuchas

Los hechos ocurrieron en horas de la mañana del pasado viernes, cuando el ahora occiso y un motorizado, que lo estaba trasportando, esperaban que abriera una venta clandestina de combustible para comprar gasolina y retornar a Guaramito, donde residía el ahora fallecido

Armando Hernández

Luis Enrique Rosales Rosales, un venezolano de 34 años de edad, residenciado en Guaramito, municipio Ayacucho del estado Táchira, solía cruzar la frontera y trasladarse a territorio colombiano con la finalidad de hacer lo que había efectuado por años, que no era otra cosa que la venta de gallinas y otras aves de corral, por lo que era muy conocido en la zona, como vendedor de gallinas o Taco.

El pasado viernes lo hizo, confiado en que no sería alcanzado por los peligros y la violencia que imperan en la zona, pero resultó asesinado por dos sujetos en motocicleta que le dispararon sin causa aparente.

El crimen ocurrió en horas de la mañana del viernes, en vía pública del corregimiento de Aguaclara, zona rural de Cúcuta, Departamento Norte de Santander, ubicada a pocos kilómetros de Guaramito, donde residía la víctima, que solía pasar dos veces por semana al lado colombiano para vender sus pollos y gallinas, cerca de la cancha deportiva, donde se instalaba en espera de su clientela.

El viernes debía entregar varias gallinas, según encargo de un cliente, pero se le presentó un inconveniente con la motocicleta de su propiedad, la cual utilizaba para trabajar, pues no logró que prendiera y para poder cumplir con el encargo debió acudir a un motorizado de la misma zona que se encarga de trasladar personas y mercancías por las denominadas trochas. El contrato fue llevar las gallinas y, una vez entregadas, regresar de inmediato a territorio venezolano. Taco entregó las gallinas a su cliente y emprendieron el viaje de regreso, como estaba acordado, pero durante el recorrido el motorizado se percató que no contaba con suficiente combustible para el viaje de retorno, por lo que decidió ir con su amigo a una venta informal de gasolina ubicada en la carrera 14, cerca del puente Vargas Beltrán del barrio Pamplonita, en vía a Guaramito. Al llegar notaron que la venta estaba cerrada y decidieron esperar que abriera. Ambos hombres se sentaron en la acera, a conversar, “para quemar tiempo”.

En ese ínterin observaron a dos hombres en motocicleta que pasaron lentamente frente a ellos. Les llamó la atención que cubrían sus rostros con capuchas y eso los puso nerviosos. “Ellos pasaron y un poco más adelante se regresaron”, contó el acompañante de Luis Rosales, quien intentó correr, pero no les dieron chance. Los motorizados le dispararon a Rosales, matándolo en el acto. El acompañante fingió estar muerto y se salvó de ser rematado, debido a que las detonaciones llamaron la atención de los vecinos y los pistoleros se vieron obligados a escapar rápidamente.

Familiares de Taco no saben con exactitud qué paso, ni los motivos del crimen. “Él llevaba muchos años en ese negocio de venta de pollos y gallinas, por lo que era conocido a ambos lados de la frontera, como una persona honesta y trabajadora, sin problemas ni enemigos. Era un buen padre de familia, con dos hijos de 9 y 12 años, por quienes trabajaba duro. No era mala persona y toda su vida estuvo trabajando honradamente, por lo que no sabemos qué pudo haber ocurrido”, explicó otro de sus familiares.

La policía de Aguaclara explica que el caso está en investigación y, según algunos testigos, la víctima y su acompañante (conductor de la moto) estaban sentados en la acera cuando vieron pasar una motocicleta Suzuki GN, con dos hombres encapuchados que se desplazaban en la vía Guaramito – Aguaclara. A los pocos minutos, la motocicleta pasó de nuevo y esta vez sacaron a relucir un arma de fuego y, sin motivo aparente, les dispararon en repetidas oportunidades a los dos hombres.

El motorizado cuenta que al escuchar los disparos se tiró al suelo y simuló estar muerto, y que cuando los sicarios huyeron, él corrió a la estación de policía para dar aviso a las autoridades sobre el crimen, ocurrido a eso de las ocho de la mañana del viernes 15 de octubre.

En Aguaclara hay mucha violencia, la cual es atribuida a una guerra entre grupos irregulares. En medio de esta guerra, varios venezolanos han perdido la vida.

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