Sucesos

Eliecer Hernández perdió contacto hace más de dos años en la frontera

6 de marzo de 2024

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En la larga lista de jóvenes desaparecidos se encuentra el nombre de Eliecer Antonio Hernández Madriz, un joven de 26 años, quien perdió todo contacto con su familia el 17 de octubre de 2021 cuando cruzaba una trocha en la frontera con Colombia, para llegar al velorio de su madre, en Guárico

Jhoana Suárez

Alejandra Ortuño vive en Altagracia de Orituco, estado Guárico. Su hermano Eliecer Antonio Hernández Madriz, de 26 años, es uno de los centenares de jóvenes que han desaparecido en la frontera colombo-venezolana. Ella lo busca desde el 17 de octubre de 2021, día en que él intentó regresar al país y nunca llegó.

Eliecer había migrado a La Parada en Cúcuta tres años antes de su desaparición. Allí trabajaba en una barbería, junto a su pareja, Adelaida Rodríguez, con quien había establecido una relación sentimental estando allá.

Alejandra contó que el día 17 de octubre de 2021 muere su madre, y Eliecer se dispone a regresar para poder estar en el velorio. Cerca de las 9 de la mañana le avisa en una video llamada que va saliendo de Cúcuta hacia la trocha para llegar a San Antonio.

«Mi hermano estaba muy triste, lloraba mucho la muerte de mi madre, entonces como a las 9 y media me dice que va partiendo para San Antonio, para agarrar el bus para venir a Guárico y yo le dije que tuviera mucho cuidado, que me indicara cuando estuviera llegando y que se mantuviera en contacto», añadió.

En ese momento, mencionó Alejandra, Eliecer estaba en compañía de su pareja Adelaida. Corrió el reloj y Alejandra no recibe ningún mensaje de Eliecer y a las 4 de la tarde comienza a llamarlo, pero no contestaba y su último contacto fue a las 9 y 30 de la mañana:

«Después de mucho intentar, llamé al teléfono de su pareja y tampoco me contestaba, pero luego volví a insistir en el teléfono de mi hermano, y cerca de las 7 de la noche me contestó ella y le digo ‘qué pasó, por dónde vienen, porque Eliecer no me contesta’. Pero quien me contestó fue una comadre de ella, porque Adelaida no quería hablar y no me quisieron dar respuesta sobre mi hermano y me colgaron».

La desaparición

Ya preocupada por su hermano, Alejandra indicó que siguió llamando, hasta que contestaron nuevamente y esta vez era la hija de ella y le repite que su mamá no podía hablar porque se sentía muy mal, pero ella la increpó y le exigió que le diera razón sobre su hermano; y aunque se negaban, finalmente Adelaida le toma la llamada:

«Ella dramáticamente y llorando me dijo que a Eliecer se lo habían llevado dos tipos en una motocicleta, que ellos estaban sentados en una piedra y llegaron estos dos tipos y le preguntaron su nombre y cuando él se los dio, el parrillero le dijo que se tenía que ir con ellos; su hermano al parecer se negó y les preguntó por qué, si él no los conocía; y según ella, los tipos lo obligaron a montarse en la moto y el parrillero se montó tras él y le tapó la cara con la camisa que llevaba su hermano puesta».

En ese momento, todo se transformó para Alejandra; confiesa que no podía creer lo que estaba ocurriendo: «Le digo ‘¿pero quién es esa gente y porque dejó que se lo llevaran?’ Ella me dijo que podrían ser los ‘paracos’ o la guerrilla, pero ella no me supo decir quiénes eran y le pedí que pusiera la denuncia, y me respondió que no podía hacerlo porque eso era peligroso; también me dijo que como a 100 metros de donde ellos estaban, había una caravana de motos esperando a los hombres que se llevaron a mi hermano y que se fueron encaravanados».

Alejandra dice que la pareja de su hermano también le contó que luego de que se llevaron a Eliecer, llegó otra moto donde la montaron a ella y a la trochera y les dieron vueltas por todos lados y le preguntaban cosas de Eliecer, como a qué se dedicaba y qué hacían por el lugar:

«Eso me dijo ella a mí, pero resulta que cuando habló con mis otros hermanos les dijo otra cosa, y nos creó la duda sobre lo que ella contaba».

Luego de ello, dijo Alejandra, no volvieron a saber nada de Eliecer, ella siguió insistiéndole en que colocara la denuncia, pero no lo quiso hacer: «Yo recuerdo que mi hermano la quería dejar porque ella era muy celosa, le prohibía muchas cosas y no sé si ella se enteró de que él la iba a dejar y participó en lo que le hicieron a mi hermano. Eso pienso yo. Ella nunca denunció, ella quiso dejar las cosas así y cuando yo quise ir a Cúcuta, inventó muchas cosas para que yo no fuera porque estaban matando a los venezolanos y me metió mucho miedo».

Cuando Alejandra decide viajar a Cúcuta, la mujer les dice que con ella no cuenten y que no la estuvieran nombrando porque no quería saber nada de ese caso. «Habían pasado como 15 días desde lo ocurrido con mi hermano y ella ya tenía una pareja y después de eso me bloqueó de todas las redes sociales y de WhatsApp, más nunca supe de ella».

En ese momento, Alejandra acudió a las redes sociales para informar sobre la desaparición de su hermano; habló con periodistas, buscando encontrar alguna pista sobre él.

Sus hermanos colocaron la denuncia en Cúcuta y Alejandra ha gestionado con la Cruz Roja, FundaRedes y Progresar, todo lo relacionado al caso. Sin embargo, en Colombia no han tenido ningún avance, no se escucha absolutamente del caso de su hermano.

Pistas de Eliecer

Hace al menos seis meses, contó Alejandra, llegó un hombre al pueblo donde reside su familia y llegó preguntando por el papá de Eliecer, porque aparentemente vivía en La Parada y él lo conocía y que no estaba muerto, sino que estaba preso en la Policía de Cúcuta.

«Yo no creí porque él no habló conmigo sino con unos tíos, y hace tres meses vino de nuevo y habló con una sobrina. Y ahí yo empecé a contactarlo y me dijo que en efecto él conocía a Eliecer y me contó que a él lo habían agarrado los paracos junto al sobrino de él y le metieron droga y los agarró la policía y los metieron presos y que estuvo un tiempo en la Policía de Cúcuta, pero que luego se lo llevaron para la cárcel La Modelo», relató.

Alejandra, pese a que le llena de esperanza esta historia, no la cree, porque no entiende como después de dos años, su hermano no haya hecho una llamada para decir que está bien o lo que está ocurriéndole.

Mencionó que en este momento está pidiendo apoyo a alguna organización, que pueda ayudarle a verificar esta información, pues la falta de recursos no le permite movilizarse hasta Bogotá.

Hoy día, muchos familiares y amigos están activos en Bogotá, buscando la manera de investigar si en la cárcel de Bogotá está su hermano. Incluso, actualmente está esperando la respuesta de su tío, quien es sacerdote en Colombia y está haciendo sus averiguaciones para saber si efectivamente la versión de que su hermano está preso es cierta: «Estoy en espera y solo ruego a Dios porque mi hermano este bien y poder encontrarlo pronto».

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