Sucesos

“Trataron de ocultar la muerte de mi padre para no empañar el concierto de Dangond”

4 de febrero de 2020

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La familia del vendedor informal que el viernes en la noche perdió la vida al caer accidentalmente por el foso de un ascensor averiado del estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo, no descarta proceder legalmente contra los representantes de la instalación o contra los organizadores del concierto, en razón de que no quede impune, evitar que una situación similar se repita y por la indiferencia con la que han tratado el trágico hecho


Miriam Bustos

En medio del dolor y la impotencia, fue llevado a su última morada el vendedor informal que el viernes en la noche murió al caer por el foso de un ascensor en mal estado en el Polideportivo de Pueblo Nuevo, donde tuvo lugar el concierto del vallenatero colombiano Silvestre Dangond, como parte de las atracciones enmarcadas en la Feria de San Sebastián.

Pero el sufrimiento de la familia de Humberto Mariño Ordóñez, de nacionalidad colombiana y de 55 años de edad, no ha quedado solo en lo que representa para sus tres hijos su pérdida física; va más allá, el lidiar esa noche con personas que desmentían en redes sociales lo que acababa de pasar y con las que los días siguientes han lanzado ofensas y críticas contra la familia, con intenciones malsanas de desvirtuar el hecho trágico de su muerte.

“Nos han dicho ‘qué hacía él ahí’; otros, que mi papá estaba ebrio o que él se suicidó. Por Dios, eso es no respetar nuestro dolor; a quién se le pueden ocurrir semejantes cosas, si mi papá, cuando se comunicó con mi hermana -como a las 7 de la noche- para avisarle que ya estaba adentro y tenía la escarapela (acreditación como vendedor), le dijo: ‘¡ya estoy adentro, coroné!’ Mi papá era un hombre feliz, esa noche estaba feliz, no estaba borracho y tampoco tenía razones para quitarse la vida. O sea, que según esas personas que están diciendo que mi papá se suicidó: ¿él hizo cola, pagó la entrada al concierto, compró la mercancía que iba a vender esa noche, buscó un ascensor dañado y se lanzó al vacío? Por favor, qué absurdo”, declaró con contundencia Érika Mariño, hija de la víctima.

En medio de esta angustiante situación, también el hecho de que -aseguran- intentaron ocultar a toda costa la muerte del vendedor para no empañar el concierto del artista colombiano; “fue un acto inhumano”.

“No era un perro”

“Nosotros lo que queremos es que lo de mi papá no se quede así, impune, y que no se vuelva a repetir con otra persona; porque él no era un perro, así como ´¡ay, se murió; vamos a sacarlo rápido para que nadie se entere´. Pero eso fue lo que hicieron con mi papá, no les importó su muerte.  Sacaron su cuerpo en una ambulancia, con la sirena apagada; es decir, con total discreción, para que los que estaban esperando el concierto no se dieran cuenta. Hasta donde tenemos entendido, fue un vigilante de seguridad el que se dio cuenta de que mi papá se había caído y que con la cara lavada se le acercó a otro vendedor y le dijo: ´mire, allá como que se cayó uno de los amigos de ustedes´; por favor, era mi papá, un ser humano, no un animal´”, añadió la dama, al detenerse a reflexionar que a pesar de todo, de no haber sido por ese vigilante, quizá hubieran pasado varios días antes de localizar el cadáver de su padre.

—Hasta donde sabemos –continuó-, como esa noche no vendía la mercancía (tequeños), quería bajar del cuarto piso para ver si los podía vender. Él ya había hablado con alguien y le dijo que quería ir a otra área, de la parte baja, para poder vender bien. A mi papá no le gustaba la oscuridad, por eso desistió de bajar por las gradas, porque ahí no había buena iluminación y llamó el ascensor, que tal vez pensó que era más seguro. Los mismos vendedores tuvieron esa noche que habilitar extensiones para poder poner un poco de luz en esa parte de las instalaciones.

“El ascensor sí estaba dañado

y no tenía ninguna advertencia” 

—Eso ocurrió temprano -continuó Érika- mucho antes del concierto. Es lo único que sabemos. Pero el rescate del cadáver llevó tiempo, no pudieron sacarlo por el primer piso; nos dijeron que finalmente optaron por hacerlo por el tercero.

“El ascensor sí estaba dañado; tampoco es como dijeron algunos, que mi papá estaba recostado a la puerta del ascensor y que cuando esta abrió, él cayó. No fue así. Ese ascensor estaba dañado y no había un solo aviso que advirtiera a la gente, nada que dijera que no podían usarlo, ni el área estaba restringida o había alguien pendiente de que no lo usaran”.

—Nosotros suponemos -agregó Érika- que lo que llevaba en las manos, sus cosas de trabajo, la cava con los churros o algo más, porque él vendía de todo, todo lo que le dieran en el estadio lo vendía, le obstaculizaban la visión; nos dijeron que no le permitían ver y al abrir la puerta del ascensor, no se dio cuenta de que la cabina no había subido.

—Alguien tiene que responsabilizarse por lo que pasó. Mi padre era un hombre joven, responsable, trabajador, creo que tenía 13 o 14 años vendiendo todo tipo de mercancías en el estadio, pero a él nunca le tocó vender en esa parte. No esperamos dinero, porque eso no le devolverá la vida, pero sí queremos que se identifique a los responsables, porque a esta fecha ninguno, pero ninguno, de los representantes de estadio o del concierto, se nos ha acercado para siquiera darnos sus condolencias. El personal de seguridad debía estar atento de todo, incluso de los vendedores, pero no lo hizo, y mire lo que pasó. Y es increíble, para ellos, mientras menos gente se entere de lo que pasó, mejor. Y eso no es justo—.

“Nos dijeron que la avería que presenta o presentaba el ascensor por donde cayó mi papá, ya había sido denunciada por algunos periodistas y comentaristas deportivos del Táchira, como el señor Manolo Dávila, al alertar sobre el mal estado en el que se encontraba en general el estadio Polideportivo”.

“Ahorita estamos pasando

el dolor y vacío que nos dejó”

De acuerdo a Érika, la familia en este momento aún se encuentra en una etapa temprana de duelo y asimilando lo que pasó, pero no descarta que más adelante se proceda legalmente por la muerte de Humberto, posiblemente por negligencia.

“De verdad que ahorita estamos pasando por este dolor tan grande y el vacío que nos dejó todo esto. Nos quedamos esperando a que mi papá regresara a la casa…Pero no descartamos proceder legalmente porque, como ya dije, lo que queremos es que esto no quede impune, que no le pase a otra persona.  Porque hoy fue mi papá, pero mañana no sabemos quién pueda ser”, dijo finalmente.

A las 8 de la noche

De acuerdo al Cicpc, que abrió una “averiguación muerte”, el lamentable accidente ocurrió el viernes, a las 8 de la noche, en el nivel superior del estadio Polideportivo, piso 4, vomitorio 6.

“La víctima estaba en las referidas instalaciones laborando como vendedor ambulante, esperando el inicio del concierto de Silvestre Dangond, para el momento que se encontraba en el piso 4 y se disponía a hacer uso del ascensor, no se percató que el mismo estaba en planta baja, cayendo al vacío, donde falleció de manera instantánea”, señala parte de la minuta policial.

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