Una pérdida lamentable sufrió el béisbol tachirense, por los daños causados en el Estadio Metropolitano, durante la semana anterior, presuntamente, por un grupo de personas que fueron alojadas en la instalación, en condición de inmigrantes, procedentes del hermano país.
Es una historia que no tiene mucho que contar, y todos sabemos la situación que vive el mundo por la presencia del COVID-19, obligando en muchos casos a las naciones, a repatriar a sus connacionales.
Al Táchira, por ser un estado fronterizo, le correspondió recibir a un grupo de inmigrantes venezolanos, en su mayoría y actualmente radicados en el vecino país, Colombia. 400 de ellos, fueron instalados en el Estadio Metropolitano de Pueblo Nuevo, en la parte alta de la ciudad, hoy día cedido en comodato al Grupo JHS, al igual que al estadio Polideportivo de Pueblo Nuevo y el Gimnasio de Fútbol Sala.
Daños cuantiosos
Juan Alberto Martínez, vicepresidente ejecutivo de la Federación Venezolana de Béisbol, habló con Diario La Nación para denunciar esta acción vandálica de un grupo de personas, que al parecer sin motivo alguno, causaron cuantiosos daños en la instalación de la pelota caliente.
No se sabe cómo, pero lo hicieron. Presuntamente violentaron varias puertas de las oficinas y depósitos que allí tiene la asociación, que se encarga de regir los destinos de la pelota caliente, con una buena cantidad de niños, que se inclinan por la disciplina.
También desapareció una de las costosas maquinas que se utiliza para prácticas de bateo, un bulto de pelotas que hoy día tienen su costo. Dice la fuente que además de violentar puertas, dañar algunos baños, tirar al campo de juego pendones que se guardan para entregar a las diferentes delegaciones del país que acuden a competencias nacionales y que portan en el desfile, colchonetas donde durmieron, carteleras de la asociación donde se coloca información para clubes. Un total desastre parece haber quedado.
Martínez señala que al enterarse de la situación, acudió a la instalación de Pueblo Nuevo y se sorprendió por la panorámica que presenta el estadio. El diamante donde se reúnen diariamente los niños, el semillero del béisbol que cumplió sus sueños, deteriorado sin razón alguna.
Y la vigilancia…? Anteriormente se mantenía allí a un grupo de funcionarios, pero fueron movilizados a otros lugares, por lo que prácticamente, el estadio quedó solo con algunos funcionarios que ubicaron durante las últimas semanas.
De la situación -señala el vocero- ha sido enterado el Ministerio del Deporte, la Federación Venezolana de Béisbol, y otros organismos nacionales, que tienen que ver con el deporte, para que se inicien las investigaciones pertinentes, y no se le de un tinte político a lo que acaba de ocurrir.
Es una acción que no se puede ocultar, y quedan las gráficas que entregó Juan Alberto Martínez a Diario La Nación, al igual que a los organismos donde se hizo la denuncia respectiva.
El domingo 26 de abril, el Vicepresidente Ejecutivo de la FVB, tenía programado visitar la instalación, para tratar de hacer un balance de los daños causados, de las presuntas pérdidas materiales, para ser entregado al Ministro del Deporte, Pedro Infante, a la Federación de Béisbol y al representante del Grupo JHS, que tiene en sus manos, en condición de comodato, el Estadio Metropolitano de Pueblo Nuevo.
Es lamentable que esto haya ocurrido en aquella moderna instalación deportiva, donde los daños al al parecer son cuantiosos, y posiblemente pasará mucho tiempo para recuperar lo perdido. La Asociación de Béisbol, que preside Marylin Pineda, espera que los niños, al pasar este problema del COVID-19, puedan regresar a su escenario, y seguir su sueño en la pelota caliente.