Regional
La Iglesia católica reabrió las puertas para fortalecer en la fe a los tachirenses
14 de mayo de 2020
Luego de permanecer durante dos meses con celebraciones a puerta cerrada debido a la pandemia de COVID-19, las iglesias de Venezuela abrieron a la feligresía este jueves 14 de mayo para la adoración al Santísimo Sacramento, que fue expuesto desde las 7 de la mañana hasta las 12 del mediodía
Rosalinda Hernández C.
Con estrictas medidas de seguridad y siguiendo los protocolos de aislamiento, la Iglesia católica venezolana y específicamente la tachirense reabrió este jueves en horario matutino las puertas a la jornada mundial de oración y al llamado del obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta.
Las iglesias de la ciudad permanecieron en un ejercicio de oración personal, frente al Santísimo Sacramento que fue expuesto, dijo fray José Gregorio Lobo, de la parroquia Santo Domingo de Guzmán, conocida como “El Ángel”.

“La acción católica se desarrolló tomando en cuenta todas las medidas de seguridad. Pedimos a todos los que entraban lo hicieran con tapaboca. Una persona sentada por banca para conservar el distanciamiento. Y el personal de la parroquia limpió con cloro las superficies que eran tocadas por las personas. Además de desinfectar con alcohol las manos de quienes ingresaban”.
Aún se desconoce cuándo serán reanudadas las celebraciones eucarísticas, dijo fray José Gregorio Lobo.
“Se irán evaluando los acontecimientos y estamos atentos a lo que nos comuniquen desde la Conferencia Episcopal y a través de nuestro obispo Mario Moronta”.

La fe debe prevalecer
En medio del aislamiento y cuarentena obligatoria muchos católicos se han sentido tristes y deprimidos en medio de una situación completamente nueva para el mundo. Ante este panorama, el sacerdote precisó que si bien es cierto que el hombre es un ser social, se necesitan unos de otros y la fe es comunitaria. Lo más importante en estos momentos es mantener distancias y prevenir.
Recomendó realizar en familia actividades que fortalezcan la fe cristiana como el rezo del santo rosario y la oración conjunta, práctica de los abuelos que, a juicio del presbítero Lobo, se ha ido perdiendo.
La meditación diaria también fue señalada como una de las opciones para llevar no solo la cuarentena sino también los problemas de cortes eléctricos extensos que desestabilizan emocionalmente a algunas personas.
Al menos dedicar entre 10 a 15 minutos a estas prácticas de oración personal, meditada cuando no haya electricidad, reconforta y fortalece en la fe.
“Aunque no nos podamos tocar o saludar debemos ser más cercanos con las personas y mantener viva la vida espiritual que nos fortalece y reconforta en situaciones difíciles como el confinamiento, la duda de no saber cuándo terminará y las fallas eléctricas”.
De acuerdo con el religioso, si no se está lleno de Dios resultará difícil llevar la situación con la serenidad y la fortaleza necesarias.
