Dayana Cáceres sintió preocupación e impotencia cuando le pidieron 80.000 bolívares en la ruta San Antonio –San Cristóbal. Ella viaja cada 15 días de San Josecito a la frontera, para cruzar al vecino país, Colombia, y comprar productos de primera necesidad.
Cáceres, de 33 años, lamentó las variaciones en los precios. “La última vez que viajé fue el pasado viernes y me cobraron 30.000 bolívares. Hoy me cobraron 60.000 de San Cristóbal a San Antonio y, de regreso, me están pidiendo 80.000 o 4.000 pesos”, destacó al bajarse de la unidad, que estaba a punto de arrancar, para hacer la denuncia.
“Esto es un abuso”, prosiguió la dama, al tiempo que reiteró el golpe que representan estos incrementos -sin permiso de las autoridades- para el bolsillo de la ciudadanía. “El mercado que compro acá es gracias a las remesas que me envía mi esposo desde Perú”, aclaró.
Para la progenitora de tres niños, muchas familias viven el mismo escenario con el propósito de poder “medio alimentarse”. “Uno de nosotros debe irse y trabajar afuera”, detalló consciente del dolor que esto significa para los grupos familiares. “Los conductores deben pensar también en los usuarios”, añadió.
“Lo establecen según el bolívar”
Los usuarios lamentaron que los conductores establezcan el precio del pasaje según cómo amanezca el bolívar en las casas de cambio. “Esto es Venezuela y, por tanto, no deberían hacer esos cálculos”, señaló Damari Moreno, desde la cola para montarse en la unidad.
Aunque el equipo de La Nación consultó a los conductores, se negaron a dar información en torno a los aumentos. Alegaron que representantes del gremio se hallaban reunidos, este lunes, con autoridades en San Cristóbal.
Jonathan Maldonado