Esa idea de instantaneidad dejaba perplejo a Einstein, que había formulado su famosa teoría de la relatividad, según la cual, nada, ya sea algo material o inmaterial, incluso una información, puede viajar más rápido que la velocidad de la luz.
El hecho de que algo pueda suceder de manera simultánea, aunque sea a grandes distancias, invalida el denominado “principio de localidad”, según el cual algo que sucede en un lugar no debería afectar a cualquier otra cosa que suceda en un otro lugar lejano.
En 1935 el padre de la teoría de la relatividad llegó a poner en duda ese nuevo “principio de no localidad”, que supondría un “efecto aterrador a distancia”.
Einstein creía que había “variables ocultas” que podrían explicar el fenómeno.
En 1964 el físico norirlandés John Stewart Bell diseña una teoría para comprobar si existen esas “variables ocultas” que tanto preocupaban a Einstein.
Pero faltaban experiencias la laboratorio para verificarlo.