Regional

Adaptarse y aprender desde el aula en casa

13 de marzo de 2021

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Norma Pérez M.


Impactante, por lo inesperado, fue el cambio que sufrió el proceso de enseñanza- aprendizaje en todos los niveles educativos. Ante la aparición de la pandemia y el obligado periodo de cuarentena, se modificaron hábitos y rutinas. Los padres debieron asumir las funciones que cumplían los maestros.

Desempolvaron libros de texto y conocimientos, además de consultar por internet las dudas al momento de enfrentar las asignaciones escolares de sus hijos. Se armaron de paciencia, aunque a veces esta no era suficiente ante el lema de “cada hogar una escuela”.

En el sector universitario, con precarios recursos para funcionar, ha sido prácticamente imposible afrontar el covid-19 y dar continuidad a las carreras de pregrado. Las instituciones de educación superior hacen esfuerzos para reiniciar actividades. En postgrado. la situación es diferente. Se fortalecieron los estudios a distancia, y superaron las dificultades.

Situación atípica

Rafael Pérez es doctor en Educación, docente de Postgrado y pregrado; también da clases en educación primaria y media general. Su experiencia, durante la cuarentena, lo llevan a considerar como un aspecto significativo la incorporación protagónica de la familia en cuanto a la enseñanza de sus hijos; la interacción a través de los medios tecnológicos, en procura de cumplir con las tareas asignadas.

A su juicio, un aspecto negativo para el óptimo cumplimiento de los deberes escolares es que un alto porcentaje no tiene acceso a las tecnologías, al servicio de internet o wifi en la zona donde reside. A esto se suman los cortes de electricidad que impiden dar fluidez y dinámica al proceso de enseñanza.

“La mayor desventaja de estudiar desde casa es que niños y jóvenes se privan de la rutina propia de la vida estudiantil, interactuar con sus compañeros, docentes y con el entorno escolar. Se cambian los horarios, se levantan tarde, no hay rigidez en el cumplimiento de las asignaciones, hay exceso de ocio, que puede provocar el sedentarismo. Esto influye en su desarrollo integral”.

Explica la importancia de que prosigan con el hábito de levantarse temprano, en la medida de lo posible que usen sus uniformes, que sigan el horario de clases que tenían de manera presencial, accedan a la alimentación en las horas habituales, que compartan en familia, con actividades de sano esparcimiento.

En cuanto a los docentes de primaria y media general de las diferentes instituciones educativas, tanto públicas como privadas, destaca que hacen un gran esfuerzo para poder adaptarse a una situación atípica, para la cual no estaban preparados, pues fue algo totalmente inesperado, que afecta el normal desenvolvimiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

“Profesores y planteles cumplen una valiosa labor, elaboran material didáctico, guías pedagógicas para compartir con los representantes y estudiantes a través de diversos medios electrónicos, aulas virtuales, grupos de WhatsApp y correos, para que puedan desarrollar las actividades respectivas”.

Acota que tanto las tareas, como las guías pedagógicas, son para que las desarrolle el estudiante, con el apoyo de los padres, pero que sean ellos quienes investiguen y cumplan con estos requerimientos. “El representante debe entender que no es por cumplir una evaluación o un compromiso académico; de esa manera pueden contribuir a la formación de sus hijos desde el hogar”.

Una labor que no ha sido fácil, pero que ha sido posible con el aprovechamiento de las redes sociales, herramientas fundamentales que hubo que aprender a utilizar.

“Durante la pandemia, que ya cumplió un año, el tiempo libre se ha incrementado y las personas aprendieron a darle un buen uso, con actividades físicas y recreativas, para así preservar su salud mental, elevar los niveles de calidad de vida en una época compleja que puede afectar a los miembros de la familia”.

De su incursión como profesor universitario en el Instituto Pedagógico Rural “Gervasio Rubio”, Upel, resalta la continuidad en las actividades de postgrado y las investigaciones en cuanto al nuevo contexto particular, producto del distanciamiento, y cómo afectan a la sociedad.

“La Upel no ha iniciado actividades a nivel de pregrado; sin embargo, se realizan asesorías y organizan los procesos de inscripción, a la espera de nuevos lineamientos, pues para nadie es un secreto que las condiciones del sector universitario no están dadas, al ser duramente golpeado por la situación socioeconómica”.

“Nada fácil”

Como madre de dos hijos en edad escolar, Silvia Chacón, quien es profesora de educación inicial, ha debido desde su casa orientarlos en sus asignaciones, además de cumplir con su trabajo y realizar las labores del hogar.

“La educación a distancia, desde mi visión profesional y al tener que asesorar a mi hija Camila, alumna de tercer grado de primaria, y a Sebastián, quien cursa cuarto año de bachillerato, no ha sido nada fácil. En el inicio de la pandemia, en marzo del 2020, los cortes eléctricos duraban hasta 8 horas; cambió por completo la rutina, había que levantarse de madrugada, cuando llegaban la energía eléctrica e internet, para poder descargar guías y enviar los trabajos ya realizados”.

Dice que jamás será lo mismo estudiar desde casa, pues en el caso de bachillerato, en las áreas de Matemáticas, Física y Química, es necesaria una explicación más profunda de los ejercicios y aclarar las dudas que puedan surgir.

“Nuestro país no está preparado para una educación a distancia efectiva. Los padres no estamos en casa todo el día, dispuestos a realizar las actividades junto a nuestros hijos, porque debemos salir a buscar el sustento diario. Tampoco podemos pretender que los docentes lo hagan, cuando no hay internet, no tienen computador, los datos telefónicos son costosos, y el sueldo es una limosna”.

Piensa que en el aspecto emocional no ha sido beneficioso, porque los niños y jóvenes no estaban acostumbrados a estar encerrados; así como no poder ir al colegio, no poder compartir con sus amigos y hacer su vida normal. “Al principio fue muy fuerte, pero hemos aprendido a aplicar las medidas de bioseguridad y con los periodos de flexibilización podemos salir más”.

Problemas de comunicación

A sus catorce años de edad, María Fernanda Corzo Patiño sintió que el orden de su vida se transformó sin previo aviso. Esta jovencita, estudiante del cuarto año de bachillerato, expresa que su experiencia durante un año de pandemia no ha sido la más satisfactoria, ya que al principio la tomó por sorpresa; los recursos tecnológicos eran muy pocos, a pesar de que considera que en su centro educativo siempre han tratado de estar lo más organizados.

“Por ser una situación imprevista, se generaron problemas de comunicación de parte de los profesores hacia los estudiantes; a veces el envío de tareas es excesivo y no es en todos los casos, pero algunos docentes no especifican el cien por ciento de las pautas a seguir en la elaboración de los trabajos”.

Explica que existen casos en los que algunos estudiantes reciben las asignaciones y otros no, o fijan las actividades para fechas muy cercanas; esto, sumado a los problemas del servicio eléctrico e internet, cuyo mal funcionamiento no hace posible ser eficiente con los tiempos de entrega.

“Considero que uno de los aspectos positivos de no asistir a clase de forma presencial durante la pandemia, es evitar el contagio del covid-10, además que se ahorra el dinero utilizado para pagar el transporte público; aun cuando se incrementó el gasto por servicio de internet, y el desgaste físico-mental, por el excesivo envío de actividades. Cabe destacar que no solo hablo por la institución donde estudio, sino a nivel general, de todos los alumnos de las diferentes escuelas y liceos, públicos y privados”.

Resultados tangibles

El decano de Postgrado de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, Miguel García, afirma que este año ha sido de gran aprendizaje, dado que la mayoría de programas de maestría y especialización que dictan continuaron sus actividades académicas bajo la modalidad virtual.

Agregó que una parte del personal académico se capacitó en ambientes virtuales de aprendizaje, desde el año 2009, pero la pandemia generada por el covid-19 hizo acelerar el proceso de capacitación.

“El fruto de todo nuestro esfuerzo ha dado resultados tangibles, que están a la vista. Primero, el cumplimiento de los seis lapsos académicos que se planifican para cada año y en el 2020 los pudimos desarrollar totalmente; ya este año 2021 iniciamos con el lapso A y pronto seguiremos con el lapso B”.

Como un importante logro, señaló que 45 maestrantes recibieron su título en el acto de grado que se realizó en el mes de diciembre. “El aprendizaje acelerado nos ha permitido mejorar el trabajo virtual, tanto académico como en los procesos administrativos”.

“En lo académico hay una mayor entereza y dedicación por parte de los docentes en el uso de herramientas TICS, como aulas virtuales, videoconferencias, video clases, lo cual ha permitido a la población estudiantil avanzar y no perder tiempo; ellos han demostrado gran interés en estas nuevas formas de aprender”.

Manifestó que en el Decanato de Postgrado continúan laborando con mucho esfuerzo; “hay una pertinencia sólida por la universidad y eso es algo muy valioso e importante, que nos llena de orgullo”.

“Aprendiendo a aprender”

Para Carlos Peñaloza, realizar un estudio de postgrado bajo la modalidad virtual, representa una experiencia enriquecedora, desde varios puntos de vista: “como estudiante, el desarrollo de un aprendizaje autónomo y autodirigido, prestando atención a la organización del tiempo, espacio y recursos académicos, permitiendo convertirme en protagonista del proceso de aprendizaje, con relativa independencia del docente; aprendiendo a aprender”.

Peñaloza es integrante de la maestría en Docencia Virtual que se imparte en la Unet y manifiesta que ha debido coordinar la planificación de actividades y el tiempo de estudio con otras ocupaciones personales, atendiendo las limitaciones existentes; “ha sido determinante en esta nueva experiencia, ya que se permite escoger el nivel de esfuerzo dedicado al proceso de aprendizaje”.

“A esto debemos sumar el desarrollo de competencias para el uso de herramientas tecnológicas y de comunicación, múltiples recursos ofrecidos por la modalidad online. Esto permite interactuar con los compañeros de aula virtual y el docente; la interacción es fundamental para construir el conocimiento y generar aprendizajes”.

Reconoce el esfuerzo del Decanato de Postgrado de la Unet y su equipo de trabajo, “que enfocado en su labor y enfrentando las dificultades existentes, más los efectos de la pandemia, mantiene sus programas activos, migrando a la modalidad virtual”.

“No molestar”

Myriam García Pérez, estudiante de la maestría en Innovaciones Educativas, que dicta la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en Rubio, debió adaptarse a la nueva realidad e imponer reglas en su hogar al momento de recibir sus clases.

“El proceso de adaptación fue difícil, debido a que no estaba preparada para recibir este tipo de educación; los factores de distracción en el hogar hacían más difícil el proceso, porque al estar rodeada de la familia era complicado prestar atención a la clase; tuve que colocar unas normas con respecto a mis clases virtuales: bajo ninguna circunstancia se podía hacer ruido, o pedir algo durante el tiempo que estas duraran”.

Esta licenciada en Informática vive en Villa del Rosario, Colombia, y aprovechó sus conocimientos en el área para aplicarlos en el proceso de educación a distancia; para ella, el uso de herramientas tecnológicas no representa ningún impedimento, pues son parte de sus implementos de trabajo.

Con respecto a la atención que tuvo por parte de los profesores y las clases virtuales, afirma que fueron las mejores, aun cuando los constantes cortes de energía eléctrica en la capital del municipio Junín sí fueron un obstáculo.

“La capacidad intelectual de los docentes de la UPEL es excelente, y el manejo de las herramientas tecnológicas fue esencial en este proceso, pero lamentablemente las fallas en el fluido eléctrico en la ciudad de Rubio hacían difícil las clases en línea, por lo que los docentes optaron por utilizar otro tipo de comunicación; mandaron videos, audios y documentos asincrónicamente”.

Para tener un proceso de aprendizaje de manera virtual debió modificar su manera de aprender: “es totalmente mi responsabilidad, solo depende de mí si aprendo, comprendo y desarrollo mis habilidades”.

“Como esposa, madre y profesional, mis labores se multiplicaron, es una carga pesada que debo llevar, estar pendiente de mi profesión, mis hijos y mi esposo; combinar todas mis responsabilidades se convirtió en un reto; la organización del tiempo fue esencial para no desfallecer en esta nueva realidad en la que vivimos”.

Ante los cambios es necesario buscar el equilibrio para que acciones y emociones fluyan con facilidad; así les corresponde a miles de estudiantes, en todos los niveles del sector educativo. En tiempos de pandemia, cuarentena, riesgo para la salud y la vida, hay que mantenerse alerta. Adaptarse y aprender.

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