Regional

Los panes se multiplican en Puente Real

25 de julio de 2020

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La pandemia de covid-19 golpea a los más pobres. Quienes están en condición de calle son los más vulnerables, pero hay personas de buen corazón que se esmeran por darles la mano.


Por José Luis Guerrero S.

Los panes se multiplican cuando el aporte se hace con el corazón. Dar un plato de comida, una arepa, un trozo de pan a una persona pobre, es obra social que muchos realizan. Durante la pandemia covid-19, este aporte no se ha detenido en muchas zonas del estado Táchira.

Tiene más valor cuando una familia humilde regala de lo poco que tiene para los más necesitados. En la parroquia El Buen Pastor, en Puente Real, esa obra de caridad agarra vuelo, con el apoyo de Cáritas parroquial y más de 120 voluntarios, que ven con satisfacción cómo los beneficiados agradecen por lo recibido.

Las jornadas cuentan con la participación de muchos colaboradores. (Foto/JLG)

Todos son coordinados por el sacerdote Joel Escalante, quien durante cinco años ha consolidado el ropero con prendas de vestir usadas, el área de medicinas, servicio de alimentación y atención social a los más necesitados a finales de mes, además de todos los aportes, que se cumplen todos los días del año. El padre Andrés Ricardo Ramírez también le acompaña.

Durante los 131 días transcurridos de pandemia, el trabajo no se ha detenido. Los fines de mes, la comida ha sido servida respetando el distanciamiento social y todas las normas sanitarias preventivas: uso del tapaboca, lavado de manos, uso de desinfectante.

En la jornada de junio, con el arroz con vegetales y proteína (tipo arroz con pollo), comieron  765 personas;  en mayo, de la enorme olla  con sopa  salieron  más de 2 mil platos. Ha sido la jornada de mayor presencia de necesitados.  El sábado 18 de julio hubo comida para 200 niños en su día. La próxima es hoy sábado, 25 de julio.

“Nosotros lo que procuramos es lo que pide la Iglesia, que los predilectos son los pobres y los más vulnerables. Comenzamos con los que están en condición de calle, mal llamados mendigos, que son hermanos nuestros, y luego la gente que en estos momentos de la pandemia está viviendo dificultades terribles y viene a comer y recibir los beneficios de la parroquia”, responde Escalante en la oficina de la casa parroquial.

— ¿Mayor presencia de personas vulnerables en las jornadas sociales?

—Yo me crié en el barrio Puerta del Sol. Uno conoce su entorno. Me llama la atención que gente que yo nunca me imaginé que iba a pedir a una iglesia vendría a Puente Real a buscar comida. Gente que hace seis años tenía mucho dinero y ahora están en las colas para recibir los beneficios de esta parroquia. Hay mucha gente golpeada por la pandemia, familias que pasan muchas necesidades.

— ¿Cómo logra los aportes, la ayuda que llega a esta parroquia?

—He hecho amistades para los demás. Amigos de Maracaibo, España, Estados Unidos, que nos apoyan y así puedo hacer llegar muchas cosas a la gente más necesitada. Viajo a España –este año por la pandemia no lo ha hecho-, donde organizo retiros y logro el dinero para traer medicamentos. Los vecinos de Puente Real son además muy generosos. Todo lo que llega a esta iglesia se reparte; lo que llega se va.

— ¿Satisfecho con la obra emprendida?

— A uno le satisface toda la obra social emprendida desde hace cinco años. Es un logro, no para uno, para la gente. Es placentero decir que se ayuda a mucha gente, de aquí, de esta iglesia, no se van con las manos vacías, siempre hay algo para dar a quien lo necesita.  Recuerdo la experiencia de la Unes, cuando envié el mensaje pidiendo ayuda para quienes estaban en la Unes. Fue una procesión de arepas.

Testigos de la multiplicación de los panes son muchas familias de los sectores Pasaje Cumaná, La Guaira. Altamira, Primero de Mayo, Granjas Infantiles de La Popa, Santa Elena y Cipriano Castro. La obra social no se detiene, se refuerza en tiempos de pandemia.

La Toca de Asís

“Yo estuve en Río de Janeiro, Brasil, hace cinco años, y conocí la obra social de los hermanos de La Toca de Asís, de línea franciscana. Ellos andan por las calles vestidos con hábitos de coleto atendiendo a los mendigos. También en Quito, Ecuador, en el barrio más peligroso de El Tejar. Los convencí para que vinieran a Puente Real. Han venido en tres oportunidades, han dictado cursos, y por eso en la comunidad están tan activados”.

“La meta es que ellos puedan estar en las Granjas Infantiles de La Popa, haciendo este trabajo con drogadictos y con la gente de la calle. El obispo Moronta ya lo autorizó, pero los supervisores de ellos no lo han hecho”, finalizó el párroco Joel Escalante.


Voluntariado en equipo

Tres mudas de ropa por persona

La señora María Álvarez es la responsable del ropero de la parroquia desde hace cinco años.  Enfermera de profesión, cumple trabajo social durante las jornadas sociales de fin de mes y los días lunes, miércoles y viernes, de 3:00 a 5:00 de la tarde.

María Álvarez es la responsable del ropero. (Foto/JLG)

“Los que están en condición de calle –mendigos- prefieren que les regalen franelas”, expresó mientras mostraba su área de trabajo. Cada beneficiado recibe tres mudas de ropa, ropa interior y zapatos.

“En las jornadas se atiende a todos. Días antes organizamos todo lo que se tiene para repartir. Es para que ellos se mantengan limpios y se les dan cosas que puedan usar. Todos salen muy agradecidos y expresan muchas bendiciones”, dijo.

Dejó claro que, en este tiempo de pandemia, la labor social se ha cumplido con las normas respectivas de uso de tapaboca, distanciamiento social, con el mismo amor, para que se sientan felices.

Medicinas necesarias

“Gracias al padre Joel Escalante nos llegan medicamentos desde España y Bogotá, para ayudar a los vecinos de la comunidad de Puente Real y a todas las personas que necesiten una medicina”, declaró Estefany Zambrano, joven estudiante de Medicina, encargada de los medicamentos desde hace cuatro años.

Estefany Zambrano, encargada de los medicamentos.

 

Las personas llegan a la parroquia con el récipe y ella busca el medicamento. Las medicinas están distribuidas, en orden alfabético, en varios estantes y dos vitrinas.

“Yo trabajé dos años en una farmacia y eso me ha ayudado mucho para conocer, para qué sirven los medicamentos, su composición química”, dijo.

Zambrano explicó que también hay personas que tienen recursos económicos y han encontrado en esta parroquia las medicinas que buscan.

“Es una gran satisfacción, mucha alegría, porque siempre la persona se va con la medicina que necesita. En muchos casos, hay un aporte económico de ellos para comprar más medicamentos”, narró.

Cáritas parroquial y 120 voluntarios

Jesús Araque ha visto consolidar el trabajo social emprendido desde hace tres años. Organizados en Cáritas parroquial, trabajan con un grupo de voluntariado de 120 personas.

Normalmente, en las jornadas atienden entre 400 y 500 personas al mes. A los asistentes se les sirve desayuno y almuerzo, hay actividades de diversión, servicio de peluquería, servicio médico, medicinas, pero por la pandemia solo reciben el almuerzo; regalan ropa y medicinas.

“No paramos de seguir ayudando y dándoles ese cariño de amor a las personas que necesitan. Por la pandemia se trabaja con grupos de 20 personas, para que todas participen. Estamos creciendo, agarrando fuerza. Hay más voluntariado, gente externa que nos está colabora.

Una jornada social, como la de hoy 25 de julio, comienza a las 5:00 de la mañana. Personal de cocina prepara el plato de comida a servir -hoy es chanfañe-; otros son responsables de la logística, limpieza de las áreas, vigilancia, reparto de la comida; cada uno tiene su responsabilidad.

La meta de este grupo es consolidar la construcción del comedor en la parroquia. Tienen terreno, que ya es bastante para arrancar.

Apoyo total del ambulatorio

Cinco médicos y cuatro enfermeras apoyan en todas las jornadas sociales, bajo la coordinación del doctor.

Cristian Rico, director del ambulatorio en Puente Real.

Cristian Rico, director del ambulatorio en Puente Real. En pandemia covid 19, hay servicio médico, todo con las normas sanitarias vigentes.

Las personas de escasos recursos económicos pasan a consulta y reciben el tratamiento indicado. Todos son atendidos. También hay jornada de inmunización para niños y adultos.

“Nosotros venimos trabajando de la mano del padre Joel Escalante, todos los fines de mes. Hay apoyo  para las personas en condiciones de calle. Se les ayuda con  analgésicos, antialérgicos, antibióticos, todos  indicados por el médico respectivo. La última vez se atendieron cerca de 600 personas”, explicó.

Para la jornada del sábado 25 de julio habrá entrega de vitaminas para ayudar a las personas  con sistema inmunológico deprimido. (JLG)

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