“Es un temor salir del área de covid-19 en el hospital, pensando en que no vaya a contaminar a mi madre, a mi esposa, a mi familia, al regresar a casa”
El dato
Tiene 33 años trabajando en la UCI del Hospital Central; gana 400 mil bolívares mensuales
Por Nancy Porras
A pesar de tener 33 años trabajando en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Central, Luis Corredor, enfermero intensivista, luego de declarada la pandemia, siente miedo todos los días al saber que tiene que trabajar.
Sabe que en estas áreas siempre está expuesto a cualquier patógeno, hepatitis, HIV, pero la del covid-19 le da terror.
En estos momentos el temor es mayor; por eso, cuando sale de su casa, en Puente Real, se encomienda a Dios. Se persigna, porque es católico, al tiempo que recibe las bendiciones de su mamá y de su esposa.
“Mi madre tiene 90 años de edad, sufre de Parkinson, y un hermano que vive con nosotros tiene un cáncer de cara, de piel; entonces, eso lógicamente los hace a ellos más vulnerables. Es un temor salir de esa área de covid-19 en el hospital, pensando en que no se vayan a contaminar al yo regresar a casa”, contó el enfermero, que este miércoles estuvo de guardia entre las 7:00 a.m. y 7:00 p.m.
Actúa con mucho cuidado
Cuando comienza a trabajar en el área de críticos, donde están los pacientes de ventilación por covid-19, se tiene que llevar hasta la ropa interior porque hay que bañarse al culminar el trabajo, así como disponer de jabón y otros útiles personales para desinfectarse antes de salir del hospital.
Para iniciar la guardia debe cumplir un protocolo. Hay que ponerse todos los equipos de bioseguridad. Gracias a Dios, el Gobierno está dando todos los implementos necesarios: el overol, mono quirúrgico, cubre botas, mascarillas N-95, y encima otra mascarilla simple.
—Tenemos que aplicar los tratamientos que indiquen los médicos, por vías endovenosas, sonda nasogástrica, Interferón, los antivirales, pasar la dieta, es decir, todas las atenciones que necesita un paciente de cuidados intensivos—dijo.
No ha visto morir un paciente por covid-19
Con un aire de consuelo, sostuvo que hasta este momento, en su guardia no se ha muerto ningún paciente por covid-19.
Narró que esta experiencia “es difícil, porque esa enfermedad es bastante fulminante; sin embargo, se lucha para tratar de que el paciente se recupere. Cumplimos el tratamiento, al paciente lo bañamos, volteamos, lo cuidamos”.
El mayor miedo lo siente cuando va a salir de la UCI, porque realmente es donde tiene que tener más cuidado para quitarse el traje, aun cuando se entiende que durante el proceso de cuidado dentro del área se puede contagiar, no hay que distraerse porque se puede llevar las manos a la cara, o bien moverse el tapabocas, porque el calor es muy fuerte. “Uno se fastidia, se pone muy incómodo, y es ahí donde puede fallar la protección”.
Entrega absoluta
“En esa área los pacientes son iguales para uno, porque todos dependen de uno en 100 %, en el aspirado, lavado, volteado, en limpiarlos para que no hagan escaras, curarles las heridas y cepillarlos”, comentó Luis Corredor.
Es un reto intentar sacarlos de ese estado. Ha sentido satisfacción de ver salir a muchos pacientes de esta unidad por otras patologías y cuando se encariña con ellos le satisface, sobre todo en el caso de mujeres embarazadas, que además tienen niños en casa esperándolas.
Se trata de hacer el trabajo lo mejor posible. “Aunque la gente cree que a los enfermeros no nos duele la muerte de una persona, “son 33 años y uno se va separando, porque sabe las condiciones del paciente, se prepara, aunque siempre es fuerte”.
Decisiones de Dios
“No es que uno se acostumbre a verlos morir, sino que hay un límite. donde Dios nos dice: hasta aquí llega usted y de aquí para adelante me toca a mí”, comentó.
Piensa que si la situación sigue así, tendrá que redoblar su jornada de trabajo, porque son muy pocos los enfermeros intensivistas, aunque de verdad lo que quiere es terminar el turno, salir y no mirar para atrás, porque “se piensa mucho en la familia”.
Luis Corredor tenía la costumbre de acercársele a la mamá, darle un beso y ponerle la mejilla para que le devolviera el gesto de cariño, pero ahora, con esta pandemia, la mira de lejos; ya le explicó que no es que no quiera abrazarla, sino que no debe, para bien de su salud. Igual sucede con su esposa.
Sueldo que no alcanza
Su sueldo, por supuesto, no le alcanza para nada y entonces debe redoblar, atendiendo pacientes por fuera, y como le pagan en pesos, con eso se redondea para la quincena, porque los 400 mil bolívares que gana por la Administración pública no alcanzan ahora ni para un cartón de huevos.
Terminó de cuidar a un señor la semana pasada, porque como está entrando más seguido al área de covid-19, le da miedo llevarle un problema más.
Violan la cuarentena
Pidió a la gente más conciencia, pues ha visto que muchas personas se la pasan jugando voleibol o pelota sin tapabocas, tomando licor de la misma botella, pasándose el cigarro entre ellos mismos, “sin ninguna medida de protección”.
“Mientras más se cuiden, menos gente va a llegar a un área covid-19. Las autoridades deben ser más sinceras. He visto situaciones donde están violando la cuarentena y llamo, me identifico, pero nunca han llegado y lo que hacen es pelotear la denuncia. La gente amanece en este tipo de bochinches y esto afecta a la comunidad; parecen no entender que se trata de un virus mortal”, dijo.