Reportajes y Especiales

El siervo digital del Santo Cristo al frente de las producciones

6 de agosto de 2021

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Entre el adolescente de 13 años que empezó a tomarle fotos al patrono del Táchira y el licenciado en Mercadeo que concibe los audiovisuales de su bajada y su serenata hay toda una historia de cómo la fe en el Rostro Sereno ha podido extenderse por el mundo desde unas cuentas de Facebook, Instagram y YouTube


Por Daniel Pabón

—Yo creo en Dios y le digo a Él: soy como un siervo suyo, pero digital. Me gusta llegarme a momentos importantes para la Iglesia, plasmarlos y dejarlos para el recuerdo.

Quien habla en esta historia es Renier Duque, un nativo de La Grita que, a sus 26 años, encabeza un equipo también joven al servicio de la Iglesia y de la difusión de la fe en el Santo Cristo a través de las redes sociales y las plataformas de internet.

Después de varios años fotografiando al patrono y protector del Táchira y los Andes venezolanos, la pandemia le impuso el reto de ayudar a muchos devotos en el mundo entero a peregrinar virtualmente hacia La Grita. Aquí cuenta cómo lo está logrando.

El primer canal

En 2009, el año previo al cuatricentenario del Santo Cristo, a Renier se le ocurrió la idea de crear una página de Facebook. Su propósito: mostrar a los devotos que no pudieran viajar cómo serían las actividades de los 400 años del patrono en La Grita.

Renier era entonces un adolescente. Desde el 2007, cuando apenas contaba 13 años de edad, ya le venía haciendo fotos al patrono con una cámara digital muy sencilla y con la dificultad, por no decir imposibilidad, que suponía para un desconocido acercarse entre la multitud para retratar de cerca el Rostro Sereno.

La Grita y sus templos ahora son conocidos en el mundo entero, a través de la tecnología. (Foto: Juan A. Sánchez)

“Santo Cristo de La Grita patrono de Venezuela”, tituló la página en la red social más famosa y extendida del mundo. Renier, y muchos otros en La Grita, creían que esa declaratoria se cumpliría a propósito de los cuatro siglos del milagro de Tadea. De cuando ángeles del cielo tallaron el rostro de la obra en madera de fray Francisco. Aunque la jerarquía eclesiástica nacional aún no toma la decisión, en el corazón de miles, quizás millones, el Santo Cristo de La Grita es el único y verdadero protector de Venezuela.

Para la fiesta cuatricentenaria del Cristo, en 2010, medio millón de devotos visitaron La Grita durante agosto, según la Corporación de Turismo, y por lo menos 20.000 llegaron caminando en su condición de peregrinos, de acuerdo con Protección Civil. Desde ese año la imagen, ese ícono del arte barroco que representa al Señor Crucificado, es oficialmente monumento de la nación.

No solo quienes no pudieron viajar, sino también los habitantes de La Grita se encantaron con ese primer reporte digital de Renier en Facebook. Doce años después, más de 22.000 usuarios siguen este primer canal de comunicación digital, a través del cual el joven empezó a difundir todas las actividades del patrono. Pero no sería el único.

Al Instagram y a la Cofradía

—La cámara fotográfica es mi mejor amiga— dice Renier.

De la digital muy sencilla cambió a una semiprofesional, que se dañó, hasta su actual equipo de lente.

En Facebook empezó a mostrar fotografías que recogían ya no solo el 6 de agosto, solemnidad de la Transfiguración del Señor aprovechada como día central del Santo Cristo, sino también otras etapas de la festividad, como la bajada desde la capilla hasta el altar mayor, en julio; la serenata, en la víspera, y el regreso de la imagen hasta su nicho tradicional, a finales de agosto.

En 2013, en plena época de expansión de la red social Instagram, Renier abrió la cuenta @santocristodelagrita. Ocho años después esa comunidad aglutina más de 16.000 seguidores y alrededor de 1.000 publicaciones.

Cada agosto le surgía un reto, porque eran más las personas que esperaban y las que conocían su trabajo. Por eso se hizo un compromiso personal: cada año mejorar y llevarle a la gente una cobertura mucho más amplia, rica en contenido.

Cuando Renier no había cumplido un año de vida se estaba creando en La Grita la Cofradía del Santo Cristo. Desde junio de 1995 esta institución custodia la imagen y promueve la devoción al milagroso patrono. La cofradía y él son, entonces, contemporáneos. Y también amigos: con 17 años de edad el joven se convirtió en cofrade. El compromiso creció.

La creación de más contenido digital en Facebook, Instagram y el canal de YouTube ha incluido cuentas regresivas para el 6 de agosto y también para el 2, fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de La Grita y madre del Santo Cristo. Incluso durante un año estos recordatorios diarios se basaron en videos. Eso gustó, como gustaba la publicación de fragmentos y momentos especiales de las serenatas, de las procesiones o de la restauración integral que le hizo Miguel Ángel Márquez a la talla en 2017 y que Renier también documentó.

Así, con videos cortos, clips de breve duración, dio el salto de la imagen fija a la imagen en movimiento. Sin saber lo que vendría.

Pandemia, de clips a producciones

—Hay una canción de Ricardo Montaner, “La gloria de Dios”, que dice en una parte que Dios sale a jugar cuando me viene a ver y me deja ganar. Así me sentí yo el año pasado: jugando al productor.

La pandemia de covid-19, repetida está la idea, transformó la vida en el mundo. Llegado julio de 2020, con toda la expectación regional por cómo sería la festividad en este tiempo sin aglomeraciones, la Diócesis de San Cristóbal resolvió invitar a la feligresía a hacer una peregrinación digital; esto es, a generar y compartir sus propios contenidos de devoción al patrono y a seguir los oficios religiosos, que se cumplieron a puerta cerrada, desde casa a través de los medios de comunicación y las redes sociales.

Titulado licenciado en Mercadeo por la Universidad Católica del Táchira, el Renier de 2020 sabía de su área, pero no conocía mucho ni en profundidad cómo era eso de producir transmisiones de larga duración. Dios, está convencido, se encargó de poner en su camino a las personas correctas que lo fueron guiando para hacer bien este trabajo de equipo.

En 2020 Renier produjo micros promocionales que invitaban a los devotos a participar durante un mes completo en la peregrinación virtual. Con el video del día 1, que presentaba el mensaje de los presbíteros encargados de la basílica y el santuario diocesano de La Grita, abrió el camino a decenas de audiovisuales compartidos desde la mayoría de las parroquias del Táchira y desde varios países de América Latina y el resto del mundo.

Las dos producciones centrales, sin embargo, fueron el traslado del Santo Cristo de su nicho al altar mayor y la serenata al patrono; una joya cultural de más de dos horas y media de duración que alcanzó en total más de 50.000 visualizaciones en las distintas plataformas digitales, con más de 500 comentarios emitidos desde lugares tan cercanos como San Cristóbal hasta latitudes tan remotas como las de Australia o Hong Kong.

“Yo no sé si el obispo Moronta llegue a ver mis producciones. Me gustaría alguna vez recibir su comentario”, espera.

El presente, que sea mejor

—La actividad del Cristo, en este tiempo de pandemia, no solo se presta para el área limítrofe de La Grita, sino que se expandió al mundo. Llevar la fe hasta los hogares es algo grandísimo, estas son cosas que llenan muchísimo— dice Renier.

Después de la peregrinación virtual 2020 al Santo Cristo, la misma Diócesis de San Cristóbal repitió con éxito la experiencia digital de oración a Nuestra Señora de la Consolación, la patrona de los tachirenses. Otras dos arquidiócesis hermanas se entusiasmaron a también invitar a sus feligresías a aprovechar las nuevas tecnologías para venerar a María, la madre que enseña el camino a Jesús. Así, en noviembre se dio la fiesta virtual de la Chiquinquirá de Maracaibo y en enero pasado la peregrinación digital de la Divina Pastora de Barquisimeto.

La página en YouTube Santo Cristo de La Grita se está convirtiendo en una memoria digital de la festividad en el siglo XXI.

En La Grita lo hicieron primero, y dejaron la vara alta. Por eso el reto del equipo es que los productos sean mejores este 2021, segundo año consecutivo de peregrinación virtual a razón del curso de la pandemia en el país y el mundo. Un reto que Renier evalúa como mucho más grande y mucho más bonito.

Cuando los frecuentes cortes eléctricos en La Grita se lo permiten, el joven ve su trabajo del año pasado una y otra vez, para identificar sus propios errores. Él se considera su más grande crítico. “Este año el trabajo ha sido mucho más grande, hemos tenido un tiempo de cuatro meses organizando las actividades del Santo Cristo para que llegue a muchas más personas”, revela en conversación con Diario La Nación desde La Grita.

De la festividad en curso, al cierre de esta nota ya estaban disponibles en el canal YouTube “Santo Cristo de La Grita” la ceremonia del traslado interno del Cristo y la serenata a la Virgen de los Ángeles. Han impresionado en los comentarios las tomas de drones. El 5 de agosto en la noche, mientras se imprimía este especial, se emitió por internet la serenata 2021 al patrono de los tachirenses.

Con Renier Duque como productor general, los créditos de estos audiovisuales se han alargado con un equipo que incluye iluminación, sonido, musicalización, cámaras, diseño gráfico, montaje y edición. Algo inédito en la historia de esta fiesta patronal.

Un equipo que ha crecido a punta de fe. Como la familia de Coloncito que administra una empresa de iluminación y que quiso hacer estas funciones ad honorem. Como los comerciantes y emprendedores del pueblo que les donaron a ellos el hospedaje y la comida durante su estancia. O como el joven maracayero que vive en estas montañas y se ofreció a mejorar y limpiar el sonido de estos nuevos videos. “A todos nos paga Dios, y qué mejor pago que ese”, está convencido Renier, cámara en mano y corazón abierto al servicio.

—El Santo Cristo de La Grita es mi mejor amigo y su madre, la Virgen de los Ángeles, es mi madre también.

El dato

La primera imagen fotográfica tomada a la talla del Santo Cristo data del año 1892. Se hizo por disposición de monseñor Jesús Manuel Jáuregui Moreno, entonces párroco, para ser distribuida en estampas. Se conserva en el Museo del Santo Cristo en La Grita. Así lo documenta el investigador Samir Sánchez en su blog Proyecto Experiencia Arte. Grandes maestros de la fotografía, como Tulio Duque y Juan Alberto Sánchez, retrataron y retratan en la actualidad al patrono y su fiesta patronal, mientras que una de las primeras y más constantes en documentar la festividad en video es la profesora Ramona Mansilla, fundadora de Danzas Jáuregui.

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