Reportajes y Especiales

Peligro permanente en carretera a los llanos

29 de mayo de 2021

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Raúl Márquez


Cuenta una leyenda local que cada vez que llueve, un indio mueve una viga de oro que atraviesa estas montañas y por ello se registran los deslaves y rocas de tamaños diversos caen a la carretera nacional Troncal Cinco, obstruyendo el paso y generando kilométricas colas en esta importante vía que conecta al estado Táchira con los llanos y el centro del país y que, en los últimos años, ha sido utilizada por miles de venezolanos para arribar a la frontera, en auto o a pie, en uno de los éxodos más impactantes del mundo.

Pero más allá del relato del indio furibundo que una señora cuenta con ojos cargados de un brillo entre humorístico e irónico, hay una realidad que se vive cada año, sobre todo en época de lluvias, que afecta desde el punto de vista económico a estas poblaciones y que parece no tener fin.

Los puntos neurálgicos  

En El Zig-Zag se registran derrumbes que suelen colapsar totalmente la vía (Foto Cortesía)

La población de Punta de Piedras representa el límite entre el estado Barinas y el estado Táchira. Desde este punto, hasta la ciudad de San Cristóbal, se cuentan uno 113 kilómetros, que en condiciones normales se transitan en poco más de dos horas.

Este trayecto de la citada troncal, que zigzaguea por los municipios Fernández Feo, Libertador y Torbes, se caracteriza por presentar desniveles, fallas de borde, baches, puentes que ameritan atención, y durante la temporada de lluvias o cuando precipitaciones originadas por ondas tropicales llegan a la región, los consabidos deslaves y derrumbes que, en muchos casos, lo hacen prácticamente intransitable.

En este particular, los puntos neurálgicos se ubican en Río Frío, El Zig-Zag, Vega de Aza, en El Variante; en la llamada Curva de Los Brujos, cerca del aeropuerto de Santo Domingo, y entre Chururú y San Rafael de El Piñal. De estos puntos, el más recurrente y que afecta con mayor asiduidad la vía, es el de El Zig-Zag, cuyos deslaves, constituidos por material granular, arcilloso y, en algunos casos, por grandes rocas, representan un dolor de cabeza para quienes por cuestiones familiares, de trabajo o estudio viajan entre estas poblaciones.

Daños a automotores

 

Lorena Tolosa, ginecóloga y obstetra, suele recorrer esta vía dos veces por semana, de San Cristóbal a San Rafael de El Piñal, en el municipio Fernández Feo. Comenta que cada dos meses, aproximadamente, debe reparar el tren delantero. «El tren delantero es el que más resulta afectado, porque aunque uno conoce la vía e intenta siempre evadir baches y pasos malos, a menudo es una tarea difícil. Además, hace un tiempo se me dañaron los amortiguadores. Es una situación difícil, pero tengo que viajar y cumplir con mis pacientes».

Por su parte, Richard Montilva, directivo de la línea de transporte público El Piñal, plantea la necesidad de que el Gobierno nacional, regional o local emprenda proyectos de envergadura para solventar o mitigar la problemática.

«Hemos visto con preocupación el extremo deterioro de tan importante arteria vial. Aunque a diario la transitamos, a veces nos vemos sorprendidos con nuevos pasos malos o baches, derrumbes, irregularidades en la capa asfáltica, a raíz de que muchas alcantarillas están colapsando».

Falta de mantenimiento

Montilva y la mayoría de usuarios de la vía, abordados para este reportaje, coinciden en que en los últimos años esta no ha recibido el mantenimiento necesario y, por ello, su estado es cada vez más precario.

«Vemos con preocupación que ya no se le hace, como antiguamente, limpieza y mantenimiento a las cunetas y alcantarillas, para que las aguas pluviales al bajar de las montañas sean dirigidas al río. Por otra parte, como no son removidos totalmente los sedimentos de deslaves anteriores, estos se acumulan junto con maleza, obstruyéndola».

Denuncian además que la vía se hace más estrecha, pues la maleza la invade a ambos lados en ciertos trayectos, lo que, aunado a la falta de iluminación, crea las condiciones para potenciales accidentes de tránsito.

«Esto es todo un peligro para los llamados caminantes, pues en las curvas cerradas a veces uno los encuentra de frente, ya que ellos no caminan orillados para evitar el monte y uno debe conducir con mucho cuidado», subraya el transportista.

Deberían activar el peaje

En cuanto a la solución de esta problemática, algunos conductores alegan que debería activarse de nuevo el peaje La Restauradora de Vega de Aza; mientras que otros, simple y llanamente, hacen el llamado al Gobierno nacional, pues a través del Ministerio de Transporte Terrestre, este asumió su mantenimiento.

«Se supone que en el 2014, el gobernador de entonces, Vielma Mora, informó que iban a poner en funcionamiento el peaje, algo que creó cierta expectativa en los pobladores de la entidad. Sin embargo, todo quedó en palabras y así estamos acarreando una situación, que empeora con el paso de los años», dijo un usuario.

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